Tatuajes, polémica a flor de piel

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“Ey, ¿qué te vas a hacer en el tobillo? Una mariposa. ¿Y por qué? No sé, es linda”. La gente suele hacerse tatuajes por tekorei y no piensa que va a llevar esa marca toda la vida. Además de que el costo de uno de buena calidad es elevado, también es doloroso dependiendo de la zona del cuerpo en que te lo hagas. Entonces, antes de que te dibujen una lagartija en la espalda, pensá… ¿vale la pena hacerse este tatuaje?

Seleccionar el diseño es la primera fase para realizarte uno. Una simple mariposa puede significar millones de cosas; por ejemplo, libertad o haber sufrido un cambio drástico en tu vida. Así que no te hagas un garabato solo para llamar la atención.

Segundo: si ya elegiste lo que te vas a grabar en la piel, pensá bien dónde te lo vas a hacer. Porque un tatuaje en el brazo duele menos que uno en el cuello o el pie. Hay partes del cuerpo que son más sensibles y, por ende, se siente más el contacto con la aguja.

Los tatuajes no solo duelen físicamente, sino que también afectan a tu bolsillo. Mientras más grande es, el costo es mayor. No es el mismo precio el de un delfín en el tobillo (G. 250.000) que un diseño tribal en la espalda (desde G. 500.000). Pero el dinero no es un factor importante, aunque seas un gil que pierde todas sus cosas, esa marca la llevarás toda tu vida y solo la pagarás una vez.

Y, por último, el diseño que elijas hacerte es muy importante. Ahora capaz sea facha tener una araña en la cabeza, pero dentro de 20 años tal vez seas el presidente de la República y, aunque ames a los arácnidos, no quedará muy bien. A los empleadores no les gusta mucho que sus trabajadores tengan tatuajes.

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Los tatuajes son un arte incomprendido y hermoso, no por eso hay que llenarse el cuerpo de dibujos. Si sos capaz de costear, aguantar el dolor y realmente querés hacerte uno, metele nomás, hermano, pero avisale a tu mamá primero.

Por Mauro Arriola (19 años)