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Nick es un australiano que nació en 1982, carente de sus extremidades debido a los efectos adversos de la Talidomida, un fármaco prescrito a su madre cuando estaba embarazada. Pese a esa situación, comenta que con la ayuda de sus padres desarrolló aptitudes y valores que lo ayudaron a aceptarse y avanzar. Este es un claro ejemplo de que el límite de una persona es ella misma.
Actualmente, Nick es un destacado conferencista cristiano que ha hablado ya en los cinco continentes y, además, es director de Life Without Limbs, una organización para personas con discapacidades físicas. Se lo conoce especialmente por ser el protagonista del cortometraje El circo de las mariposas y, también, porque ha escrito varios libros. Hoy en día está casado y tiene un hijo.
Otra historia de superación es la de Turia Pitt, exmodelo australiana, quien en 2011 sufrió un accidente en medio de un incendio forestal originado en una maratón benéfica de la que participaba y quedó con quemaduras en el 65 % del cuerpo. Desde entonces afrontó al menos 200 intervenciones quirúrgicas reconstructivas, en las que nunca la abandonó su novio, quien fue la motivación de la joven para no desfallecer.
Ahora, Turia es una famosa conferencista motivacional que recorre el mundo buscando recaudar fondos para Interplast, una organización sin fines de lucro a favor de gente que necesita una cirugía reconstructiva. Además, está a punto de casarse y con su testimonio busca romper con la percepción de que un “cuerpo perfecto” es necesario para ser feliz.
Estos son solo dos casos de millones alrededor del mundo, de personas que, pese a las adversidades que se presentaron en sus vidas, supieron sobrellevar los inconvenientes y no se dejaron vencer por más imposible que parezca una solución. Así que, si tenés problemas y creés que no hay salidas positivas, pensá en que quizá no es tan grave como parece y que, mientras mayor sea la lucha, más gloriosa será tu victoria.
Por Ricardo González (19 años)