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- ¿Cómo te identificás a vos misma?
- Soy una persona que se considera normal como cualquier otra, me gusta sentirme así y que me hagan sentir así, trato de no poner en alto mi discapacidad; noctámbula a full y loca por la música.
- Ya que decís que sos noctámbula, ¿a qué dedicás tu tiempo durante la noche?
- De noche hago mi vida normal; podría decirse que soy como un búho o algo así. Estudio, lo que equivale a ensayar; practico con mi grupo; trabajo, porque la mayoría de las actuaciones (con el conjunto de cámara de la orquesta) son de noche. Casi toda mi vida se resume en eso; lo disfruto muchísimo y no lo cambiaría por nada.
- ¿Qué estudiás además de ensayar con el violín?
- Hasta hace unos meses estudiaba canto, lo que me vi obligada a dejar por cuestiones laborales. También estudié un poco de inglés. A lo que más me dedico ahora es a trabajar y ensayar, pues siento que hacer eso no me quita energía; al contrario, es una diversión para mí. La música es mi trabajo, así que mucho problema no hay.
- ¿Hace cuánto estás en la Orquesta Sinfónica Nacional?
- Desde abril de 2014 integro el conjunto de cámara. Estoy muy agradecida con ellos por haberme dado la oportunidad de formar parte de su plantel; para mí, es un gran honor. Es lo mejor que me pudo pasar en la vida, porque yo siempre quise vivir de lo que amo y ahora lo estoy logrando gracias al espacio que me dan en este lugar tan genial y, también, mediante otros trabajos que tengo, pero siempre vinculados a la música.
Por Daniel Miranda Bareiro (18 años)