Rey David, ¿el amigo gay?

Te imaginás que una tarde de este sofocante verano aparezca uno de tus mejores amigos, para compartir un refrescante tereré y en uno de esos te mire fijamente a los ojos y te diga: “Oye, man, me sos muy dulce, más maravilloso es tu amor que el amor de las ñorsas”? Uff, saldrías corriendo a la calle sin pensar otra cosa que este sea uno de los tantos que se dirigen por la otra vereda o que patean hacia su mismo arco, ¿verdad?, como lo vivió el rey David.

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Existen miles de iconos animados que se encuentran latentes de ser enviados a través de móviles celulares en virtud de expresar el aprecio, el cariño o el amor que fomentan y arraigan con más ímpetu el lazo de amistad. Pero que en una noche cuando estés mensajeando con amigos y para sorpresa aparezcan en tu pantalla unas frases escalofriantemente raras, o que se presente en tu propia casa una de tus “re, contra, archi, plus, hiper amiga”, y que posicione su vista en dirección a las tuyas y te exprese su amor de una manera extremadamente extraña y tengas que mirarla con ojos de huevo fritos sin pensar dos veces que esa “amiga” es una lesbiana o que meramente este fuera de quicio.

¿Será que en tiempos de reyes y profetas el valor de la amistad fue diferente? Tal vez el caso de David, el de la Biblia, sí, ese joven quien mató a un león a la edad de 12 años y que a los 16, aproximadamente, ultimó al líder de los filisteos, quien medía más de tres metros de altura, quien poseía un atractivo físico exuberante, con todo eso encima y aún más el pueblo israelí clamaba por él para que asumiera el cargo real por sus relucientes victorias en las batallas.
Todas los atributos de un hombre de excelencia y éxito eran inclinados hacia David.
A pesar de sufrir la persecución del entonces rey Saúl por una supuesta intención de usurpación del reino, David contaba con un estrecho, franco y límpido acercamiento con el mismísimo hijo del gobernador, Jonatán. ¡Qué amistad!, compañero íntimo del hijo de su imponente contrincante. Imagináte que el hijo de Wasmosy posea un fuerte relacionamiento de afecto con el de Nicanor o a uno de nosotros enlazados en compañerismo amistoso con un joven a quien la sociedad discrimina por no poseer ciertos requisitos.

Las escrituras narran aún más. Cuando Jonatán falleció, David resplandeció en forma cómica y jocosa tal vez, las expresiones que contraen polémicas en cuanto a la sexualidad de este amigo verdadero, incluso ciertos grupos de gays “cristianos” lo ubican en el tapete como nada menos que fundamento bíblico.
Pero David imprime el puro significado de su amistad en 2ª Samuel 1: 26, “Angustia tengo por ti, hermano mío, que me fuiste muy dulce, más maravilloso me fue tu amor que el amor de las mujeres”.

Bárbaro, ¡qué declaración!, pero eruditos y estudiosos de la Biblia no hallaron ningún indicio que David fue gay y además, obviamente, va absolutamente en contra de las leyes divinas, pero su amor hacia su amigo Jonatán era realmente poderoso y profundo, que ni las muchas aguas lo podían apagar, ni los ríos ahogar.

¿Te animarías a expresar el cariño hacia un amigo de tal modo, a pesar de que al principio no crea lo que esté oyendo, pero que después lo puedas afirmar de manera seria y real?, ya que en la amistad de hoy predomina en gran parte la relación interesada basada en la apariencia. A David no le importó que lo acusaran de homosexual a fin de comunicar sus sentimientos auténticos. ¿Te atreverías a hacer lo mismo?
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