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Lograr una silueta fit no es imposible; solo debés alistarte en la lucha contra el sedentarismo, y decir adiós a las hamburguesas, papas fritas, lomitos y gaseosas. Las actividades físicas y una buena dieta son las armas perfectas para conseguir un cuerpo marcado.
Cuando comenzás a ir al gym, lo difícil es “agarrar el hilo” a los ejercicios. El primer desafío es entrenar piernas; sentir que te tiemblan como gelatinas, y la molestia de no poder caminar, subir al bondi y sentarte como lo hacías anteriormente es imposible debido a los estirones. Pero todo eso no debe ser excusa para dejar el entrenamiento.
Lo que nunca falta cuando empezás a ir al gimnasio es el pesoca que, al ver cómo te bañás en sudor con tu primera rutina, te bromea y tilda de pila'i; pero eso no te debe bajonear, ya que todos comenzaron de cero. Además, una vez que tu cuerpo se adapte, hacer los ejercicios ya no te costará demasiado.
No caer en la tentación de comer un asadito es lo más difícil del mundo, pero como la dieta es fundamental, la debés acatar. Sin embargo, algunas veces, podés darte unos gustitos sin exceder demasiado en la porción. Para los amantes de la farra, llevar una vida fit es una tarea complicada, ya que esta disciplina también exige buen descanso y cero alcohol.
La frase “quiero un cuerpo tonificado cueste lo que cueste” queda como anillo al dedo a esta situación, porque ir al gym, seguir con una dieta estricta y con suplementos, sin duda, golpea al bolsillo. Dos empanadas con pancito y un vaso de gaseosa tendrían un costo de G. 8000, aproximadamente, mientras que un plato de pollo grillé con fideos integrales y legumbres rondaría los G. 20.000.
Ser fit cuesta mucho, física y económicamente, pero una vida sana y linda figura hacen que cada vez sean más las personas que se animen a entrenar. El secreto no es tener las mejores prendas deportivas para ejercitarte ni mucho menos ir al gym más caro, llegar a la meta solo depende de tu esfuerzo y constancia.
Por Rocío Ríos (17 años)