Que seas paraguayo no es excusa para tu kaigüetismo

“Al terminar el colegio, voy a ir a Harvard”, seguramente jamás escuchaste a un paraguayo decir eso, pues llegar a tan prestigiosa universidad parece imposible, pero Humberto Paredes, oriundo de Caaguazú, demostró lo contrario al ser seleccionado para participar en una conferencia de dicha institución. Mientras que muchos excusan su kaigüetismo con la pésima educación nacional, otros se esfuerzan y logran destacarse en distintos ámbitos.

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“Quisiera dedicarme a la música y que me reconozcan por ello, pero viviendo acá no lo voy a lograr”, es lo que piensan muchos cantantes nacionales, a pesar de que existen varios artistas que han llegado muy lejos, como es el caso del siempre recordado Luis Alberto del Paraná. Pero este problema no se da solo en esa área, sino en muchos ámbitos, pues todos soñamos con ser conocidos por lo que nos gusta hacer; sin embargo, tenemos muy inserta la mentalidad de que “paraguayitos nomás somos”.

En el cine tenemos un gran ejemplo de que nosotros también podemos lograr grandes cosas, pues el compatriota Joaquín Baldwin ha demostrado que llegar al tan anhelado Óscar no es imposible. Este año obtuvo dos premios: el primero por Feast y el segundo por Big Hero 6, consagrados como mejor cortometraje y película animada, respectivamente.

En cuanto a la tecnología, también hay varios paraguayos que se han destacado. El más reciente es Valentín Sánchez, quien a los 17 años fue uno de los 24 ganadores del Concurso Internacional Google Code-in 2014. En el ámbito de la ciencia están los jóvenes María Paula Oviedo y Álvaro Martínez, quienes han vencido a China en la Olimpiada Internacional de Proyectos Sustentables para el Mundo, obteniendo la medalla de oro en la categoría de Ingeniería sustentable.

Tenemos una larga lista de paraguayos que han llevado el nombre del país muy en alto, demostrando así que, a pesar de los obstáculos existentes, con esfuerzo y dedicación todo es posible. Entonces dejá de lado el kaigüetismo y las excusas baratas; ponete una gran meta y no descanses hasta alcanzarla.

Por Ana Lezcano (18 años)

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