Predicar el Evangelio, Misión de vida

Estudiar Filosofía, orar y realizar labores en la congregación es un esfuerzo que realiza para alcanzar su meta de ser cura. “Quiero anunciar la palabra de Dios a las personas que buscan conocer mejor a Jesús”, expresa Rosalino Galeano (19), seminarista franciscano. Su objetivo es ordenarse de sacerdote para viajar a distintos pueblos y llevar a todos su testimonio de fe.

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En el 2010, visitaron su pueblo, Mayor Otaño (Itapúa), unos religiosos que despertaron su interés en la vocación cristiana; él se sintió llamado y, aunque al principio tuvo miedo, luego comprendió que predicar la palabra de Dios era su misión.

Cuando tomó la decisión de ingresar al seminario, terminó con su novia y se despojó de todo compromiso. “Fui mejor egresado de mi promoción en el colegio, por lo que la municipalidad de mi pueblo me ofreció una beca para estudiar Medicina, pero renuncié a esa propuesta. Entonces tuve un problema con mis padres, porque somos una familia humilde; ellos querían que yo aprovechara esa oportunidad. Sin embargo, pensé que ese no era mi camino y opté por la vida religiosa”.

A menudo repite una frase que lo ayuda a continuar: “Cuando Dios te llama, pase lo que pase hay que seguir siempre adelante”. Su carisma responde a la congregación de los Scalabrinianos, la cual fue fundada por el obispo italiano Juan Bautista Scalabrini, padre y apóstol de los migrantes.

Agregó que nuestros compatriotas son muy fervientes en la fe cristiana, especialmente en el interior. “Paraguay, en un mayor porcentaje, es católico, aunque en algunas regiones las sectas son muy fuertes”. También añadió que en ocasiones confundimos la veneración a la Virgen con idolatría, por falta de conocimiento: “El paraguayo pone muchas veces a María en el lugar de Dios”.

Expresó su satisfacción de ser seminarista. “Estoy muy feliz porque cuando una persona se halla en donde quiere estar se siente realizada y, aunque puede ser una lucha continua, es agradable”. Finalmente, confesó que sueña con un Paraguay en el que haya colaboración mutua. “Quiero ver una patria donde todos ayuden a los jóvenes del país, principalmente a los del interior, para progresar”.

Por Aristides Arámbulo (16 años)

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