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¿Cómo fueron tus inicios en el patinaje?
Comencé en el Sajonia; al principio mi mamá no me dejaba patinar, entonces entrenaba a escondidas. Luego de mucha insistencia, ella se dio cuenta de que soy buena en esto y me apoyó.
¿De qué manera organizás tu tiempo para estudiar y practicar este deporte?
Comienzo mi rutina entrenando desde las cinco de la mañana, voy al colegio y luego enseño en Patin Center; llego muerta de cansancio a casa, y además tengo que estudiar. Logro seguir con este deporte gracias al apoyo incondicional de mi familia, el colegio y el esfuerzo de mi técnico.
¿Cuáles fueron las competencias en las que participaste?
Soy campeona nacional desde el 2008 y concursé en las regionales. Viajé a Ecuador para competir en el Sudamericano –fue la primera vez que Paraguay clasificó–; el año pasado fui seleccionada nuevamente pero no pude ir por problemas con la aerolínea. Hace poco me convocaron para competir en los Juegos de Odesur (Organización Deportiva Suramericana), aunque todavía no confirmaron la fecha.
¿Cómo manejás la presión que implica competir?
Es bastante difícil; necesito el seguimiento de varios especialistas: el sicológo deportivo, nutricionista, técnico, entre otros, que me ayudan a mantenerme estable y calmada.
¿Por qué se diferencian ustedes de otros deportistas?
Una patinadora no solo requiere de la fuerza física, sino también de soltura y elegancia para combinar las piruetas con el baile artístico; igualmente debe ser muy flexible y saber autocontrolarse, pero principalmente demanda bastante preparación. Tenés que amar lo que hacés porque significa realizar sacrificios; en mi caso, dejo de lado muchas cosas para poder entrenar.
Por Sandra Villalba (18 años)