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Sería una mentira si dijéramos que nunca fracasamos, que no hemos sentido esas ganas de renunciar a todo, de darnos por vencidos, pero sería una tontería rendirnos, declarar so’o. Debés considerar que nadie es perfecto y comprender que de los errores se aprende, que cuando más fallás, aumentás tus experiencias para que la próxima vez no vuelvas a tropezarte con la misma piedra y salgas victoroso.
Es cierto que hay personas que nacen con el don, pero también se requiere acompañarlo con sacrificio para llegar a la meta, muchas personas conocidas a nivel mundial como, por ejemplo, Benjamín Franklin o García Márquez dijeron que el éxito se compone de 20% de talento y 80% de esfuerzo. Pues ingenio, empeño, perseverancia y humildad son los cuatro puntos claves para alcanzar nuestros sueños.
Siempre habrán personas que se burlarán de vos, por concebir esos anhelos tan “locos”, pero no les prestes atención. Mantené la mirada en tu objetivo, da constantemente lo mejor de vos y así sacarás un buen partido de cada oportunidad que se presente, por diminuta que sea aprovechala. Las grandes cosas se comienzan con pequeños pasos.
Una vez dijo Mario Benedetti: “No te rindas, por favor no cedas, aunque el frío queme, aunque el miedo muerda, aunque el sol se esconda, y se calle el viento, aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tus sueños. Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo, porque cada día es un nuevo comienzo, porque esta es la hora y el mejor momento”.
La próxima vez que enfrentes algún obstáculo en el camino no tengas miedo de tropezar, si te caés, recordá; levantarte una y otra vez, apoyate en esa persona que siempre estará a tu lado cuando la necesites y perseguí tu sueño por más díficil que sea alcanzarlo.
Por Aristides Arámbulo (16 años)