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Eduardo comenta que la toma del Saturio Ríos no fue una demostración de rebeldía o una medida para perder clases simplemente, sino una lucha cuyo fin es lograr que la enseñanza en nuestro país empiece a mejorar. La idea de llevar a cabo este acto surgió luego de que el colegio República Argentina inició las protestas pidiendo la renuncia de Marta Lafuente, ahora exministra de Educación.
El joven, quien se encuentra en el último año del bachillerato, comenta que hay varios puntos que deben cambiar en el sistema educativo, como, por ejemplo, la manera de enseñar a los estudiantes. “Te obligan a absorber mucha información para rendir, pero meses después ya no recordás nada de lo leído”, afirma Eduardo. Explica que es necesario un aprendizaje que ayude a los alumnos a comprender los temas que están dando y no solo a estudiar para aprobar un examen.
Según el joven, la infraestructura en las escuelas y colegios públicos es otro de los problemas que deberían ser resueltos por las autoridades. “Estamos cansados de ver instituciones que se caen a pedazos por culpa de un mal manejo del dinero del Fonacide”, manifiesta. Él considera que las promesas de mejora, hechas por políticos en sus campañas, deberían ser justificadas con hechos después de las elecciones.
Por otro lado, Eduardo destaca que los estudiantes también deben poner de su parte para que la enseñanza dé sus frutos. “Hay muchos alumnos que protestan por la pésima educación, pero tampoco tienen ganas de aprender. Yo les digo que dejen de lado la mediocridad, lean y se informen más”, opina.
Eduardo considera que la protesta de los estudiantes por una mejor educación debería convertirse en la lucha de todo un pueblo que desea que este país avance. “Tenemos que dejar de ser egoístas y pensar también en los demás, especialmente en el bienestar de las futuras generaciones”, finaliza.
Por Viviana Cáceres (18 años)