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Es recomendable que compres un protector externo para tu cel, así evitás esos rayones en la pantalla o carcasa. Por lo general, los materiales defienden a tu teléfono de golpes, son eficientes y te garantizan un buen estado. Para que esto sea más eficaz, acordate de poner tu móvil en un lugar seguro, lejos de monedas u objetos que podrían dañar tu aparato.
Los cargadores truchos que comprás en las calles, aunque son más baratos que los originales, pueden dañar e, incluso, acortar la vida y rendimiento de tu batería. Ahorrá un poquito más y comprate un accesorio que realmente valga la pena, al fin y al cabo, vas a gastar lo mismo, ya que los artículos piratas duran menos que los genuinos.
Un poco de agua puede dañar completamente tu cel; lo recomendable es mantenerlo en un lugar seco. Evitá usar tu aparato cuando llueve o estás en un lugar donde pueda mojarse, como tanques, la playa o, simplemente, el baño. Acordate que los accidentes no son predecibles y, luego, vas a tener que sufrir las consecuencias.
La exposición de tu aparato celular a altas temperaturas puede dañar el rendimiento de la batería. En días de mucho calor, evitá usarlo cuando está en contacto directo con el sol; en efecto, tu cel se sobrecalentará y su productividad no será muy buena. Bajá siempre la luz de tu pantalla lo máximo posible, así ahorrás un poco de energía.
Los casos de extravíos de teléfonos son muy comunes. Lo más recomendable es que descargues programas de bloqueo contra robos, así no perdés los datos importantes que tenías en tu móvil. Acordate que, cuando viajás en colectivo o caminás por la calle, debés guardarlo para evitar que te asalten y despojen de tu amigo tecnológico.
A partir de ahora sabés que tu teléfono también requiere cuidado, de lo contrario, puede llegar a estar en “coma”. Ya no tenés excusas para descuidar tu cel y no olvides que tu móvil puede ser un gran compañero para organizarte y comunicarte con los demás.
Por José Peralta (18 años)