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La carrera de Reed comenzó en Nueva York, allá por 1964. Aquel año conformó, junto a los músicos John Cale, Sterling Morrison y Maureen Tucker el grupo The Velvet Underground. Esta banda grabó cuatro discos. En ellos se escuchaban estridentes experimentos musicales con letras que hablaban del lado menos amable de la vida americana, hecho que causó polémica. Lou era el escritor principal de los Velvet y con ellos sentó las bases de lo que hoy es el rock alternativo.
En su posterior carrera como solista, a comienzos de los 70, el músico neoyorquino nunca abandonó la experimentación y las líricas controversiales. Sus canciones más conocidas surgieron en aquella época. Por un lado estaba Walk on the Wild Side, en la cual se narra una serie de encuentros con transexuales y prostitutas, y por otro estaba Perfect Day, una tierna balada de amor pero que suele interpretarse como una oda a la heroína; droga a la que Reed fue adicto mucho tiempo.
La pasión de Lou por la experimentación le trajo varios problemas con su compañía discográfica, debido a que esta le pedía constantemente más hits similares a Wild Side y Perfect Day, el músico se hartó y decidió sabotear a su disquera grabando el álbum Metal Machine Music en 1975. Este disco era inaudible aunque eso no evitó que se lanzara al mercado, provocando que los pocos compradores lo devolvieran a las tiendas por creerlo averiado.
En los últimos años, el músico ha realizado colaboraciones con grupos como The Killers, Gorillaz y Metallica. También fue homenajeado recientemente por Pearl Jam y Lady Gaga, hecho que demuestra su amplia influencia en la música contemporánea. Aunque Reed ya no está, sus canciones y letras legaron algo importante: el arte honesto hecho desde el corazón que sobrevive pese a las críticas e inspira a generaciones. Transgresor, rebelde y sincero, ese fue Lou Reed.
Por Rubén Montiel (19 años)