Cargando...
El peor enemigo de la mayoría de las personas en el verano es la pancita. Para eliminar la barriga, no hace falta dejar de comer o ingerir menos alimentos, sino nutrirse bien. Los excesos siempre son malos, por eso hay que tratar de consumir lo necesario. Cambiar los hábitos alimenticios no siempre significa perder peso.
Hay que consultar con expertos y no solo dejarse llevar por lo que dicen los perros. Cada metabolismo es diferente y necesita distintos tipos de comidas. Si no tenés idea de dónde encontrar algún nutricionista, dejá de comer pan y gaseosas; empezá a consumir frutas, verduras, cereales y carne. Nada de lomito doble con mayonesa de ajo y papas fritas.
Los abdominales también se consiguen en la cocina y no solo en el gym. Podés matarte haciendo 500 abdominales al día, pero si comés mal, es como si no hubieras realizado ninguno.
Si el problema no es que seas gordito, sino todo lo contrario, entonces el planteamiento es distinto. Necesitas más calorías; no grasas. Algunas comidas extras al día ayudan; no necesariamente por ser flaco tenés que comer dos lomitos más que el resto.
Además de la dieta, el ejercicio es fundamental. Mucho aeróbico quema grasas, al igual que beber mucha agua en vez de gaseosa. Al sudar se eliminan impurezas del cuerpo, pero el organismo pierde sales minerales esenciales. Tomar dos litros de líquido sin azúcar hidrata al cuerpo y lo mantiene limpio.
Lo fundamental para estar 10 puntos es el tiempo. Con tres meses de buena alimentación y trabajo duro, tu cuerpo va a cambiar radicalmente. Se necesitan más de dos semanitas de “pasar hambre” para que tus músculos se endurezcan y tonifiquen.
Por Mauro Arriola (20 años)