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Cuántas veces nos entristecemos al pensar que nuestros grandes sueños e ideales nunca los podremos realizar, porque no nacimos en Hollywood ni estudiamos en Harvard. Pero el triunfo en la vida no es exclusividad de los más ricos ni de los más inteligentes, sino de los que se preparan mejor para conquistar el futuro. Quizá la educación paraguaya es carente y enfrenta grandes desafíos, pero con pasión y perseverancia podemos cumplir ese ideal que proyectamos ¡todo depende de nosotros!
Cuando investigamos sobre la vida de nuestros ídolos o sobre las personas a quienes admiramos, nos percatamos de que todos tuvieron que mojar la camiseta, o como se suele decir “pagar derecho de piso”. Pero fue la pasión y la perseverancia lo que les llevó al éxito a esas personalidades, como por ejemplo Augusto Roa Bastos, que empezó escribiendo teatros con su madre en el interior del país y hoy es todo un ícono nacional e internacional del que los paraguayos nos sentimos orgullosos.
También conocemos otros tantos grandes personajes que sobresalieron mediante la pasión y la entrega a su vocación, por qué no nombrar a Tana Schembori y Juan Carlos Maneglia o personas extranjeras. Sus historias y caminos también pueden ser los nuestros. ¡Vale la pena luchar por nuestros ideales! El conquistarlos dependerá de nuestro espíritu de superación y de la dedicación que le prestemos a los estudios.
Lo que sembramos hoy, cosecharemos mañana; si sembramos vientos, cosecharemos tempestades. Llevemos, pues, como “santo y seña” eso que decíamos al principio: el futuro no es precisamente de los más ricos ni de los más inteligentes, el futuro es... ¡de los que se preparan mejor para conquistarlo!
Por Jorge de Jesús (20 años)