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Un disc-jockey es la persona que se encarga de mezclar las músicas de otros cantantes para sacar una nueva composición. Emilio comenta que siempre sintió una gran inclinación por esta labor. En sus inicios seleccionaba los temas en los festejos de 15 años de sus compañeras y otras fiestas de colegio.
Relata que, en el 2014, decidió hacer un curso básico de DJ que le sirvió para aprender más acerca de producción, mezcla avanzada e historia de la música. Explica que ya le ha tocado participar en varios festivales de electrónica que se hicieron en nuestro país y el más importante fue el Life in Color 2015, pues actuó como telonero frente a una gran cantidad de personas.
“Al comienzo, mis papás no tenían mucha confianza en la labor que elegí, pero igual me apoyaron. Después, cuando vieron que empezaba a crecer en este ámbito, se pusieron muy contentos”, indica Emilio, para quien ir a las fiestas y ver que la gente se mueve al son de la música que pone es lo máximo. Destaca, por otro lado, que su trabajo le exige mucha energía, pues vive más de noche que de día y actúa en fiestas casi todos los fines de semana.
“Siempre trato de involucrarme en la organización de los eventos en los que voy a participar, porque me gusta que todo salga bien y que la gente pueda gozar al máximo de la farra”, afirma. El DJ comenta que los temas que suele poner en las fiestas reciben influencia de estilos musicales como el trap, dubstep, moombahton y jungle.
Manifiesta que uno de los desafíos más grandes de un DJ nacional es lograr ser reconocido en otros países, pues en el Paraguay no es muy grande aún el mundo de la electrónica. Además, para sacar algún tema musical, se suele enfocar mucho en el marketing, dejando de lado la calidad de la producción en general.
Pese al cansancio que genera el trabajo, Emilio admite que le apasiona lo que hace y es a lo que quiere dedicarse siempre. “Me gusta la fiesta y amo ser DJ”, finaliza.
Por Viviana Cáceres (18 años)