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Si sos de las personas a las que les agrada relacionarse con los demás, dedicate al básquet, fútbol, rugby o algún otro juego colectivo. De lo contrario, si superar tus propias habilidades es lo que te gusta, tal vez, practicar tenis o artes marciales sean buenas opciones.
En verano podés salir a andar en bici o, mejor, aprovechá el clima para realizar deportes acuáticos, como natación o remo. Si trabajás o estudiás y el tiempo es tu excusa, por lo menos, los fines de semana juntate con tus socios a jugar fútbol. Realizar este tipo de actividades es más productivo que quedarte en tu casa a chatear durante todo el día.
¿Te gusta el ajedrez? Este juego, también, es considerado un deporte y es la ocupación perfecta para aquellas personas que desean desarrollar más el intelecto que lo físico. Si tenés buena resistencia y mucho equilibrio, ¿qué esperás para dedicarte al patinaje o la acrobacia?
Practicar deportes no solo te anima y divierte, sino también favorece tu salud, pues te ayuda a relacionarte con otras personas, a ser más disciplinado y tener confianza en vos mismo. ¿Admirás la fuerza o capacidad de algunos competidores? Vos también podés llegar a alcanzarlos o superarlos; es cuestión de ponerte las pilas.
Por Valeria Candia (18 años)