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La financiación de la educación fue uno de los temas abarcados en las movilizaciones estudiantiles, con el objetivo de conseguir el cumplimiento del porcentaje mínimo de inversión del 7 % del producto interno bruto (PIB) establecido por la Unesco y así buscar solucionar las problemáticas económicas en las instituciones educativas del país. La cifra actual de financiación de la formación académica es del 4 % del PIB, ínfimo número en comparación a los países de la región.
“En los colegios están tratando de preparar alumnos para el siglo XXI con equipos del siglo pasado”, dice Héctor Vera, coordinador de la Federación Nacional de Estudiantes Secundarios, quien recalca que la infraestructura de la mayoría de las instituciones del país está en muy mal estado, no cuenta con insumos básicos y muchas aulas incluso no poseen ni ventiladores. “Esta precariedad aumenta el índice de deserción escolar; al igual que la desnutrición, que obliga a los jóvenes a dejar el colegio para trabajar”, añade.
Además, Héctor recuerda las palabras del papa Francisco. “Quiero recalcar que cuando nos plantean mesas de diálogo, con discursos grandilocuentes, me viene a la mente lo que dijo el papa: 'Qué mentirosos que son...'. Nunca más van a mentirnos. Hoy pusimos la piedra angular de la sociedad del futuro, de la sociedad que nos comprometemos a llevar siempre en alto, porque jamás el silencio va a ser nuestro idioma. Que el diálogo sea con una intención de cambio”, dijo y agregó que es hora de enviar presos a los que dilapidan los recursos del Estado, con sus niñeras de oro y secretarias vip.
Héctor lamenta los recortes previstos para el presupuesto educativo y afirma que también existe mucha ineficacia por parte del MEC a la hora de asignar los recursos de los que dispone. “En el Congreso nos dijeron: 'Podemos darle a la educación el 7 % del producto interno bruto, pero la operatividad del MEC ahora en setiembre todavía no tiene ejecutado el 50 % de su presupuesto'; es decir, hay una inutilidad de la gente que tiene a su cargo las gestiones financieras, y eso que lugares donde invertir plata sobran”, finaliza.
Por Ricardo González (19 años)