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El programa de apoyo escolar que lleva a cabo la oenegé Techo Paraguay surge como un espacio de contención y motivación que está dirigido a los niños de los asentamientos con los que trabaja la organización. “La falta de educación de calidad en nuestro país es la causa de los problemas sociales. Aunque sea muy difícil cambiar todo el sistema de una vez, al menos intentamos mejorarlo como podemos”, explica Claudia.
Los niños reciben clases de matemáticas y lectoescritura; a la par, se trata de inculcarles algunos valores. “Más que ir a transmitir conocimientos, nuestro objetivo es disminuir la deserción y el fracaso escolar. Les inculcamos que la educación es superimportante para su propia formación en el futuro”.
Asimismo, comenta que los padres están bastante entusiasmados con el programa y quieren que sus hijos aprovechen al máximo la oportunidad. “Muchos de los papás no terminaron el colegio y algunos ni fueron. A veces, se da que los niños tienen tarea para la casa y la mamá o el papá no les pueden ayudar porque no saben leer ni escribir”, relata la voluntaria.
Del mismo modo, Claudia explica que ir a compartir un fin de semana con los chicos es una experiencia muy enriquecedora, además de crear un vínculo de afecto muy fuerte con ellos. “Estos espacios son un medio para sumarte al voluntariado, porque muchas veces querés ayudar, pero no sabés cómo. Después, encontrás lugares como Techo, que terminan siendo una escuela de vida para cada uno”, resalta.
La joven cuenta que, a pesar de que el programa empezó hace unos meses, los interesados se pueden sumar al staff de profesores cuando quieran. “Es muy importante comprometerse con la causa y, aunque tengas que dejar de lado otras actividades un fin de semana, esta experiencia vale la pena”, finaliza.
Por Gonzalo Recalde (18 años)