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En más de una ocasión, seguramente te sentiste obligado a ir a clases solo porque tus profes te exigían un cierto porcentaje de asistencia; de lo contrario, no podías rendir los exámenes. Asimismo, conviene señalar el poco interés por parte de algunos docentes, quienes prefieren contar anécdotas antes que enfocarse exclusivamente a enseñar. Es ahí cuando podés empezar a interesarte un poco más y ser autodidacta, ya que, a veces, es la única manera de adquirir conocimientos.
Que te ocupes de aprender por tu cuenta habla bien de vos, pues con eso demostrás que tenés predisposición e iniciativa, ya que nadie te obliga a hacerlo. No solamente tenés la facilidad de poder estudiar a la hora y en el lugar que querés, sino que, también, aprendés sobre eso que tanto te gusta y te ponés al mismo nivel que muchos o, inclusive, llegás a sacar más ventajas.
Si tenés tiempo libre, aprovechá para hacer talleres, participar en conferencias o investigar sobre algún tema que te llame la atención. Si el trabajo u otra actividad no te permite disponer de muchas horas y asistir a un curso no está en tus posibilidades, no importa; leé un libro que te parezca interesante o mirá algunos tutoriales en internet, con los que podés aprender idiomas, manualidades o ejecutar algún instrumento que siempre te interesó.
Nadie dice que dejes la facu o el cole, pues gran parte de tu futuro depende de la educación formal, pero si no te gusta alguna materia o la manera en que tu profe enseña, no dudes en que ser autodidacta te puede ayudar. No permitas que la decepción por no haber aprendido en tu clase te haga decaer; al contrario, hacé que tu vida sea más divertida estudiando todo aquello que te gusta y adquiriendo conocimientos con tu propio esfuerzo.
Por Valeria Candia (18 años)