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Cuenta que escogió la carrera de Enfermería porque siempre le agradó la idea de poder aportar servicios a la sociedad, especialmente en los momentos en que las personas más lo necesitan, como cuando están en los hospitales. “Considero que la materia prima de la profesión que elegí es la ayuda hacia los demás, durante situaciones en las cuales se encuentren enfermos o sensibles por un familiar con estado de salud delicado. En esos casos quiero contribuir con lo que esté a mi alcance”, añade.
“Cuando ingresé a la universidad, hace un año y medio, aproximadamente, empecé también a laburar como empaquetador en un supermercado de Luque. Gracias al dinero que gano, ayudando a la gente, puedo cubrir diariamente mis gastos en la facultad”, explica. Resalta que en la empresa en la cual trabaja son muy considerados con él, sobre cosas, como horarios de entrada, permisos y ausencias que se dan por motivos de estudio.
Comenta que va a trabajar al anochecer, una vez terminadas las clases, ya que las lecciones en su carrera se imparten por la mañana y hay jornadas, incluso, con doble escolaridad. “Cuando tengo tiempo suelo ir al súper sin falta en el turno noche, excepto los domingos, que voy al amanecer, porque al día siguiente tengo que llegar muy temprano al Hospital Materno Infantil de Capiatá, en donde estoy realizando mis prácticas”, menciona.
Su ideal es culminar satisfactoriamente la licenciatura en Enfermería y, posteriormente, seguir estudiando para lograr una especialización. “Soy consciente de que los sacrificios en cualquier momento traerán sus beneficios. A veces pienso en arrojar la toalla porque implica mucho esfuerzo; después, con el apoyo de mi familia, vuelvo a recordar que todo lo que hago es para ayudar a los demás y que esa es la mayor recompensa”, finaliza.
Por Ricardo González (19 años)