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Si te encontrás con un chico malo ya sea en una fiesta, en el shopping u otro lugar, no podrás evitar sentirte atraída puesto que, hombres rebeldes de naturaleza seductora como él, saben exactamente cómo hacer que caigas rendida a sus pies aunque intentes resistirte. Muchachos así, generalmente, suelen ser tiltados de “bandidos” o “mujeriegos”, casi siempre son vistos con una pareja diferente o tirándole la onda a más de una chica.
Los bad boys son muy seguros de sí mismos, muchos tienden a ser narcisistas, impredecibles –es díficil imaginarte cuál será su siguiente movimiento–, y por supuesto, también son muy espontáneos, pues la constante búsqueda de emoción los vuelve muy atractivos. No es extraño que estos galanes hagan suspirar a tantas mujeres.
Los chicos malos son como un reto para nosotras, que nos cueste enamorar a alguien imposible lo vuelve tan irresistible; cuanto más inalcanzable sea llegar a su corazón más nos empeñaremos en conseguirlo. Por ejemplo, imaginá que te cruzás con él pero no te mira ni te sonríe, inmediatamente en tu interior se despertará ese instinto cazador que te impulsa a conquistarlo y cuando logres la atención de tu galán será más satisfactorio que si te hubiera hecho caso desde el principio.
No es que las mujeres seamos masoquistas, puesto que también nos gusta ser correspondidas, solo que no deseamos obtenerlo con facilidad. ¿Acaso los chicos buenos no pueden conquistar a su enamorada cuando un bad boy está cerca? Claro que sí, pues con el tiempo las señoritas preferiremos a los hombres tiernos y amables, después de varios disgustos con aquellos que no nos convienen. Aunque hay quiénes desde un principio saben apreciar a los que de verdad valen la pena.
Por Sandra Villalba (18 años)