“El país necesita la fuerza de la juventud”

“Debemos ser conscientes de nuestras necesidades para poder transformar la realidad de un país que necesita la fuerza de la juventud”, afirma Arturo Cano (22) secretario general del Frente Estudiantil por la Educación, organización conformada por universitarios de varias ciudades. El movimiento tiene como fin mejorar la calidad de la educación terciaria, denunciando las irregularidades que existen en las facultades.

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¿Cómo se creó el frente y qué objetivos tiene?

Este grupo se formó en el 2012, debido al desacuerdo que teníamos contra la aprobación de la ley de educación superior la cual consideramos que tenía una orientación mercantilista. Buscamos la organización de los estudiantes universitarios a nivel nacional.

¿Qué actividades concretas realizan?

Durante este tiempo, denunciamos hechos de persecución a estudiantes y docentes dentro de las universidades, en donde buscamos reivindicar la democracia. También nos movilizamos por implantar el boleto estudiantil y en contra de la suba del pasaje, en la huelga general.

Cuando hablás de persecución, ¿a qué te referís?

A los casos en los cuales algunos profesores y alumnos críticos denuncian los hechos de desvíos de fondos en las facultades, demostrándolos y las autoridades en vez de resolver los conflictos, como respuesta, los persiguen presentándoles sumarios o suspensiones.

¿Qué opinás acerca de la educación pública y privada?

La formación terciaria está en crisis porque hay muchas universidades privadas, fuera de las históricas, creadas solo para lucrar, ofreciendo una oferta que no se ve reflejada en calidad. Hay poca cobertura en la enseñanza pública y es preocupante.

¿Qué mensaje darías a los jóvenes?

Diría que hay que ser conscientes de la importancia de nuestro protagonismo y también de la desigualdad que existe, de la necesidad de justicia social y de reivindicar el modelo democrático. Eso es suficiente para pensar en avanzar en organización y transformar la realidad de un país que necesita la fuerza de la juventud.

Por Ayelén Díaz (17 años)

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