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Generalmente, cuando el profesor entra al aula, se encuentra con un bochinche terrible e intenta desesperadamente imponer el orden, pero sus intentos fracasan cuando uno de los compas lanza un comentario picante y todos se matan de la risa. El profe, en ocasiones, es objeto de burla porque nunca faltan tanto el compañero que lo imita como los que se quejan de su exigencia.
¿Te parece que tu profe estudió años para que te burles de él? No; se capacitó para hacer frente al gran reto de formar “personas” lúcidas, seguras y coherentes, estimulando el arte de pensar y principalmente enseñando no solo con palabras, sino con acciones, siendo un ejemplo de vida, fuera y dentro del aula. El buen teacher siempre inspira a sus alumnos el amor al saber, a través de clases dinámicas y entretenidas.
En nuestro país, el Día del Maestro fue instituido el 15 de octubre de 1916 en una asamblea patrocinada por la Asociación Nacional de Maestros; se eligió el 30 de abril porque en esa fecha fue creada la asociación. Después de 90 años de celebrar este día, aún siguen sufriendo la indiferencia del Gobierno, pues el bajo sueldo que perciben demuestra el poco interés de la sociedad por los educadores.
Jesús, el Maestro por excelencia, enseñó que solo a través del servicio y del amor se puede causar una profunda transformación en el interior del alma, abrazando los valores. El buen profesor vale oro, porque él enseña a vivir y no solo a manejar conocimientos. Cuando te regaña porque no hiciste la tarea o por llegar tarde a clases, solo demuestra el interés que tiene en vos; por eso y tantos otros detalles que a veces ni tomás en cuenta, merece tu respeto. Tampoco olvides brindarle tu gratitud cuando ya seas un profesional.
Por Matías Orué (17 años)