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Por Graciela Galeano (18 años)
Cuando uno crece, generalmente ya no cree en cuentos de hadas ni en sus finales felices; pero de alguna manera, las chicas pretenden hallar un príncipe azul, y los hombres, una princesa que traiga alegría a su vida. En el cole, la facu, el trabajo o en cualquier lugar, tratamos de encontrar a ese ser soñado y, si conocemos uno bueno, lindo y agradable..., es normal que surjan expectativas.
Quizás te conquistaron solo con miradas y sonrisas o durante una larga relación en la cual consideraste que sería para siempre, pero después de una etapa larga o corta, te diste cuenta de que las cosas no eran como pensabas y te decepcionaste. Lo peor es que si no terminás odiando a esa persona, por lo menos le eliminás del Facebook, le bloqueás en el Twitter o en el BB messenger.
Después de un desengaño vuelven las salidas con los “perros” y las “amis”, la vida loca, el alcohol, la soledad, la tristeza o la alegre, tranquila y sana soltería. Cada quien tiene su forma de enfrentar esta situación. Lo cierto es que, luego del ir y venir de las relaciones, terminás preguntándote: ¿algún día llegará el amor verdadero o es puro cuento?
Probablemente hay una tendencia a idealizar tanto a alguien, que uno se termina flechando por cierta imagen que no es real, o no lo hace porque no encuentra ese modelo que ambiciona; mientras, el tiempo pasa y las dudas van aumentando.
Si has agotado opciones, sería bueno reconocer que, tal vez, esa persona perfecta no existe, hay muchas que te van a decepcionar y otras que te sorprenderán de la mejor manera. Debés comprender que todos tenemos defectos, analizar si estás actuando bien y conocer mejor a los demás antes de entusiasmarte porque en la vida no todo es color de rosa, siempre hay dificultades, pero a pesar de los fracasos, no pierdas la esperanza de encontrar el tan anhelado amor verdadero.