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Durante una reunión familiar tu papá está preparando el asado, tu mamá la ensalada, y tal vez tus hermanitos estén ayudando, y vos estás mensajeando o facebookeando. Menospreciar a quienes nos acompañan y prestar más atención al móvil, es una práctica que comúnmente se denomina phubbing (de las palabras inglesas phone-teléfono y snubbing-despreciar).
Si bien los celulares son herramientas que contribuyen a las relaciones interpersonales, además de poseer muchas otras utilidades, su desenfrenado uso acarrea grandes consecuencias para la salud como molestias en la nuca y diferentes partes del cuerpo, debido a la postura que uno adopta al utilizar el teléfono. También provoca cansancio en los ojos al exponerlo de forma prolongada al brillo de la pantalla.
Pero los jóvenes que se exceden en el uso de estos aparatos no solo se ven afectados en la salud, ya que los abusos también repercuten de forma psicológica en los usuarios, creando una dependencia a los citados aparatos tecnológicos. Está comprobado que incluso llegan a causar depresión, sin mencionar que hasta podrían influir de alguna u otra forma en las relaciones con las personas más cercanas, ya que generan aislamiento social.
Por todo eso, es necesario aprender a controlar el uso de los celulares, para que estos no se conviertan en nuestros verdugos. Debemos recordar que fuera del mundo virtual existe una gran diversidad de actividades en las cuales podemos canalizar nuestra energía. Tampoco es bueno pasar por alto los momentos únicos y valiosos que se comparten con la familia y los amigos, porque a fin de cuentas es lo más importante.
Por Dayhana Agüero Brítez (17 Años)