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“Rojitas”, como muchos lo llaman, actualmente vive en Lambaré, cuenta que se inició a los cuatro años en la escuela de fútbol del club Capitán Figari; luego, a los siete, fue a Afemec; a los ocho, a Las Águilas, en donde estuvo hasta los 13 y, por último, a Sol de América, en donde también participó de las inferiores. El joven, primeramente, practicaba en la categoría de Reserva y, este año, cumplió el sueño de jugar en Primera División.
Tomás relata que una tarde lo llamó uno de los profesores del Danzarín a preguntarle si podía ir rápido al club. “En 10 min ya llegué y luego me dijo que iba a jugar en Primera. Me preguntó si estaba asustado; en ese momento no asimilé nada, pero después, al terminar la práctica, sentía como mariposas en mi panza”, añade.
Su debut lo hizo ante Cerro Porteño y metió su primer gol en un partido contra Olimpia. Actualmente, el volante por izquierda lleva convertidos cinco tantos, y dice que eso le ayuda a que le den mayor confianza y oportunidad a la hora de jugar. Comenta que se siente muy cómodo en el club, se lleva bien con todos los compañeros y eso hace más fácil la convivencia.
“Mi mamá es la que siempre se emociona; cuando subí a Primera, mis familiares estaban más felices que yo y durante mi debut, estuvieron presentes junto con mis amigos”, expresa Tomás. Además, opina que todavía no es muy conocido, pues no está en un club muy renombrado como Olimpia o Cerro Porteño.
“Rojitas” ya terminó el colegio y dice que por el momento no puede seguir ninguna carrera, porque le dificultan mucho los horarios de prácticas, pero le gustaría estudiar Ciencias del Deporte. Por último, añade que el club en el que sueña jugar algún día es el Real Madrid y que los jugadores a quienes admira son Alexis Sánchez y Neymar.
Por Valeria Candia (18 años)