De la boca del genio amarillo, Homero Simpson

El “semicalvo” de Springfield siempre te ha hecho reír con sus ocurrencias. Sería una mentira si dijeses que no soltaste una carcajada mientras veías al genio de Homero.

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- ¡Se acabó!, ¡voy a salir vivo de esta ciudad, aunque me muera!

- El que no me importe, no significa que no entienda.

- Para saber dónde se encuentra Flanders, solo tengo que pensar como Flanders... (Soy un santurrón idiota y me pongo el mismo suéter todos los días) ¡El río de Springfield!

- Bueno, es la una de la madrugada, me voy a casa a pasar algo de tiempo de calidad con mis hijos.

- Marge: Homero hay un hombre que puede ayudarte.

Homero: ¿Batman?

Marge: No, es un científico.

Homero: ¿Batman es un científico?

Marge: ¡Que no es Batman!

- La vida es una aplastante derrota, una tras otra, hasta que acabas deseando que muera Flanders.

- Homero: Siempre tenemos un hijo bueno y un hijo malo, ¿por qué no pueden ser buenos los dos?

Marge: ¡Tenemos tres hijos, Homero!

Homero: ¡El perro no cuenta, Marge!

- Tendrá todo el dinero del mundo, pero hay algo que nunca podrá comprar... un dinosaurio

-¡Flanders!, soy paciente, razonable y muy apuesto, pero hasta yo tengo mis límites.

-¡Con USD 10.000 seremos millonarios!, podremos comprar todo tipo de cosas útiles, como… ¡amor!

- Siempre que aprendo algo nuevo se me borra algo viejo, ¿te acuerdas cuando tomé esa clase de vinos y se me olvidó conducir?

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