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¿A qué edad empezaste a correr detrás de la pelota?
Comencé a los nueve en la escuela de fútbol del club 3 de Noviembre, y estuve ahí durante dos años y medio. Posteriormente, fui a practicar en Guaraní, de ahí pasé a 2 de Mayo en la sub-15 y mi carrera terminó en las inferiores de General Caballero a los 17.
¿Cuándo decidiste inclinarte por el periodismo deportivo?
Me interesó ya desde muy chico, pero —como todo mita’i— quería ser futbolista y estuve mucho tiempo detrás de eso. Al terminar el colegio, fui directo al cursillo probatorio de la Facultad de Filosofía de la UNA, ingresé y ahora, por suerte, ya estoy laburando muy bien, aunque en realidad esto no es un trabajo para mí, es una pasión.
¿Siempre quisiste ser relator o es algo que surgió nomás?
En realidad, hasta ahora me considero un relator empírico. Comencé en la radio La Unión de San Lorenzo, narrando partidos de Intermedia; luego, mientras estaba en La Nación, un amigo que trabajaba en Radio Nacional quería armar un nuevo equipo de periodistas deportivos con gente joven para la emisora y me invitó, y es así como sucedió.
¿Cuáles son tus relatores favoritos?
En Paraguay escucho mucho a Julio González Cabello, por lo que es mi relator de cabecera, aunque más por costumbre. Entre otros que me gustan están René Aranda y Héctor Agüero. En el exterior admiró mucho a Mariano Closs y Gustavo Cima.
¿Qué te causa que los periodistas extranjeros no sepan mucho de nuestros clubes?
Es algo triste. Si bien no están obligados a saber el día a día del club, tienen que saber lo mínimo, como su fecha de fundación, su presidente, etcétera. Te da cierta rabia escuchar que ni siquiera podían pronunciar bien el nombre del Deportivo Capiatá, mientras que acá sabemos todo acerca de los equipos del fútbol argentino.
Por Rubén Montiel (20 años)