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En esta época de mucho frío es normal que la gripe se apodere de vos y, por si fuera poco, se encariña contigo y no te quiere dejar. Es importante que estés en alerta ante cualquier síntoma, por más insignificante que parezca; no esperes que la enfermedad se agrave y te deje desganado en tu cama por varios días.
Con tantos virus rondando por todos lados, es difícil que no te enfermes, pero una manera de cuidarte es evitando el contacto con los que ya están resfriados; de esta forma impedís que te contagien. Así también, es recomendable que te abrigues bien para mantener tu cuerpo caliente; consumí bebidas cálidas, como mate, café o cocido, y aprovechá para acompañarlas con algunas facturas.
Estornudos, tos, congestión nasal, dolor de garganta y mucho sueño son señales de un posible resfriado, lo que ya es algo común en esta temporada de invierno. Si el virus ya te encontró y está tratando de hacerte la vida imposible, lo más aconsejable es que vayas a consultar y no te automediques.
El reposo es imprescindible, ya que el cansancio puede agravar los síntomas. Es mejor que pidas permiso en el cole o la facu y te quedes en tu casa a descansar, ver tu película favorita o leer un buen libro. Además, es importante tomar mucha agua, pues la gripe suele causar deshidratación. El jugo de pomelo, la miel con aceite y limón, o los remedios caseros de la abuela también suelen funcionar.
Asimismo, es aconsejable que te alimentes bien. Dejá por unos días el lomito con salsa de ajo y mejor pedí que te preparen caldo de verduras con jugo natural. La buena higiene también es sumamente importante: lavate siempre las manos y tapate la boca con el anterior del codo cuando vas a estornudar, así evitás contagiar a los que están a tu alrededor.
Con este tipo de clima es misión imposible escaparse de la alergia, gripe o resfriado; sin embargo, existen maneras de aliviarte más rápido. Llevá en cuenta estos pequeños consejos y no te dejes ganar la guerra contra estas enfermedades.
Por Valeria Candia (19 años)