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Para empezar, solo necesitás una idea y disponerte a crear tu sitio. Entonces podés probar con las plataformas más conocidas, como Blogger.com o Wordpress.com, en las cuales encontrás explicaciones fáciles de cómo establecer la página y organizarla. Basta con ver algunos tutoriales en YouTube para volverte un experto en la materia.
Ser bloguero es una forma de inspirarte a seguir escribiendo si lo que te gusta es crear historias o escribir reseñas literarias. Además, podés aprender muchísimo al recibir críticas de otros internautas sobre tus redacciones. Asimismo, vas a ir ejercitando tu pluma, cada día utilizarás más palabras y entenderás mejor el tema que abordes en tus publicaciones.
Si hiciste algún viaje o vivís en un lugar fuera de lo común, tenés material para exponer en tu página. Una vez que el blog esté listo, utilizá las redes sociales para compartir los contenidos con tus amigos. Estas serán un canal para que tu sitio llegue a las personas, ya que rara vez se coincide con conocidos a la hora de elegir plataformas. Un sitio así permite comentarios de todos los lectores y esto hace que se forme una comunidad en torno al autor.
Una linda posibilidad es juntarse con amigos y fundar juntos, por ejemplo, un medio de prensa, ya sea un periódico digital para la facultad o una página en la cual se publiquen artículos sobre las bandas de música que les gustan. ¿No te parece interesante contar todas las aventuras antes, durante y después de los conciertos a los que fuiste? ¿Nunca quisiste mostrar tus dibujos o pinturas en la web sin que se pierdan en el inicio del Facebook? Entonces, ¡animate y creá tu propio blog!
Por Lía M. Barrios (20 años)