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Tenés que saber que ayudar a una persona con discapacidad visual no es suplantarla en sus tareas, ella es como vos, no la excluyas de las actividades normales. Dale la oportunidad de fallar o tener éxito. No la trates diferente, aprendé a ser natural y no te incomodes por usar palabras como: “Nos vemos luego”.
La mayor parte de las personas no videntes aprecia que les cuentes detalles del lugar en que se encuentran o de la gente que está ahí. Es importante que digas su nombre cuando le saludás para que sepa que le estás hablando. También tenés que avisar cuando te vayas del lugar. Si vas a ayudar a tu amigo a tomar el colectivo, llevalo hasta la puerta de este y siempre informale de los escalones o desniveles en el piso al caminar con él.
Mucha gente levanta la voz cuando habla con no videntes, esto no tiene sentido, pues su insuficiencia es visual, no auditiva. Jamás tomes el bastón de un ciego sin que él te lo permita, ya que es un medio de información necesario. Cuando le ofrezcas un asiento, guia su mano al respaldo de la silla.
Tomá en cuenta que ellos también estudian, hacen tareas, trabajan, sienten, se enamoran y lloran como vos. Podés actuar naturalmente como si ayudaras a cualquier persona, porque todos, alguna vez, necesitaremos una mano.
Por Lía M. Barrios (18 años)