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Para conseguir el tan anhelado cabello lacio, las chicas recurrían a la “toca”, que era como un enorme rulero por el cual se envolvía la cabellera, el proceso se hacía antes de dormir y a la media noche se desplegaba el cabello del elemento y se volvía a colocar, pero con las mechas del lado opuesto a la primera ubicación.
No solo la cabellera lisa era la más deseada, sino también los bucles, en ese caso cómo omitir la utilización de los famosos ruleros tipo Doña Florinda, cada uno de ellos tiene una pinza incluida para sujetar los mechones, cuánto más tiempo se dejan en la cabeza, más definidos quedarán los bucles.
Otro método para que el cabello quede rizado es el del “trapito”, consiste en humedecer las mechas de la cabellera y envolverlas en papel diario, luego enrollarlas y sujetarlas con un pedacito de tela a modo de cinta, después de un buen tiempo se desata el “trapito” y el peinado queda listo.