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La danza aérea con telas es una modalidad de práctica circense, en la cual los artistas realizan acrobacias en el aire mientras están sujetos de dicho elemento. En nuestro país, esta disciplina va ganando territorio en algunas academias de baile.
Pablo comenta que descubrió esta modalidad hace un año, porque su cuerpo necesitaba flexibilidad para poder ingresar al mundo de la danza. “Perdí la elasticidad, entonces comencé a practicar acrodance, que es gimnasia artística; luego probé bailar con telas y me encantó”, agrega.
“La danza aérea es poco conocida todavía en nuestro medio y esto se debe a la poca difusión que hay sobre la misma. Además, algunos profesores enseñan las modalidades tradicionales nomás, como ballet o jazz”, manifiesta Pablo. Él considera que un bailarín no puede quedarse con un solo estilo de danza, sino debe buscar siempre la versatilidad.
Según el joven, en nuestro país, solo dos teatros se encuentran en buenas condiciones para practicar esta disciplina: el Teatro Municipal Ignacio A. Pane y el de Fernando de la Mora, que tienen las varillas en el techo para sujetar las telas.
“En los primeros días de ensayo, tu rostro solo expresa seriedad porque estás muy concentrado en no caerte, pero después de muchas prácticas ya comenzás a relajarte y disfrutás de lo que hacés”, destaca el bailarín. Además, comenta que la flexibilidad es fundamental para realizar esta modalidad. “La elasticidad del cuerpo es muy importante, y se acompaña con la fuerza abdominal, de los brazos y las piernas”, agrega.
Para este año, Pablo tiene como objetivo participar en el concurso juvenil de danza aérea que se realizará por primera vez en Brasil. “Estoy entrenando muchísimo para esta competencia y espero representar con éxito al país”, añade. Por último, el bailarín insta a todos los jóvenes a que sigan sus sueños y hagan las cosas que les apasionan sin importar lo que digan los demás.
Por Dahiana Galeano (19 años)