Anécdotas para recordar a Winston Churchill

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Un hombre pensante

Cuando Churchill cumplió 80 años, un periodista 30 años menor que él fue a fotografiarlo y le dijo:
—Sir Winston, espero fotografiarlo nuevamente cuando usted cumpla 90 años.
—¡Claro que podrá hacerlo, se ve usted bastante saludable!

La ironía

Fue durante uno de sus discursos en el que una diputada de la oposición pidió la palabra. Todos sabían que al político inglés no le gustaba que lo interrumpiesen cuando hablaba.

La diputada dijo en tono alto y claro: “¡Sr. Ministro, si vuestra excelencia fuese mi marido, yo pondría veneno en su café!”. Churchill, con mucha calma, se quitó los lentes, y en aquel silencio en el que todos esperaban una respuesta, exclamó: “¡Y si yo fuese su marido, me tomaba ese café!”.

Es cuestión de dinero

Cuentan que Churchill discutía con Charles de Gaulle sobre una operación militar, y que al francés le molestaba que el británico pusiese tanto hincapié en los costes de la operación y el tema financiero, pues no era “rentable”.

—Ustedes los ingleses solo pelean por el dinero. Nosotros luchamos por la dignidad y el honor; deberían aprender de nosotros los franceses —comentó De Gaulle un poco exasperado.

Churchill, con mucha calma y sin perder la compostura, respondió:
—Bueno, Charles..., cada uno lucha por lo que le hace falta.

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