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“Por voluntad propia, mis hermanas, un amigo y yo entramos hacia la zona del Mbiguá para rescatar a los animalitos que fueron abandonados debido a la inundación”, cuenta Alberto Martínez, quien luego de ver un anuncio en el Facebook, tomó la iniciativa. Asimismo, asegura que no tenían dónde llevar a los perritos, pero de todas formas su conciencia le hizo actuar en beneficio de los animales.
Los jóvenes rescataron casi 100 caninos que están divididos en: un predio que fue cedido por la fundación Mari Llorens, en Mariano Roque Alonso; un refugio de animales, en Limpio, y la mayoría se encuentra en la agrupación especializada, unidad de can, de la Policía nacional. Martínez comenta que el objetivo de la organización es lograr que todos encuentren un hogar, luego de ser esterilizados.
“La gente que viene a adoptar a veces se desilusiona, porque los perros no son de raza, pero eso no significa que no necesitan de tu cariño y cuidado”, asegura Tamara, quien es la encargada de tomar los pedidos de las camitas y somiers para mascotas que la agrupación vende para solventar parte de sus gastos. Asimismo, afirma que Mascota SOS sobrevive a base de donaciones, por lo que insta a las personas a colaborar llamando al (021) 664-191 para informarse acerca de los insumos que necesitan.
“Actualmente somos 20 voluntarios, pero la gente siempre será bienvenida, ya que contamos con muchísimo trabajo”, asegura Alberto. Por otra parte, relata que gracias a Dios ningún perrito cuenta con alguna enfermedad muy grave y que con cuidado y cariño se recuperan rápidamente.
Ambos coinciden en que los motiva el amor hacia los animales, ya que consideran que son inocentes que pagan por la inconsciencia humana. “Con esto tratamos de demostrar que hay gente que sí tiene voluntad para ayudar a las creaciones de Dios, por lo que debemos tener un poco de amor y respeto hacia ellos; es triste ver la indiferencia de la gente”, finaliza Tamara.
Por Analía Almada (20 años)