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• ¿Cómo decidiste alzar tus videos a YouTube?
Siempre me gustó mostrar lo que sé hacer y, mediante eso, divertir a la gente. Era tímida, hasta que ingresé en la escuela de comedia musical de Betina Taborda, en la cual, hasta ahora, estudio baile, canto y teatro. Mis compañeros de colegio me decían que era ridículo y vergonzoso lo que realizaba, pero, como siempre, hice caso omiso a la mala onda.
• ¿Qué repercusiones tienen tus publicaciones?
Al principio, las visitas eran pocas, pero luego iban aumentando a medida que la gente me conocía y comenzaba a valorar lo que hago. Con las parodias me di cuenta de que a las personas les gusta reírse de las cosas cotidianas y, con los covers, que valoran el talento. Es muy alentador saber que una partecita del mundo te está viendo y escuchando. Cuando alguien me reconoce en la calle, grito dentro de mí: “¡Aaay, alguien me ve!”.
• ¿Cuál es tu principal objetivo?
Sueño con salir en televisión algún día y mostrar lo que sé hacer, pero, lastimosamente, no se mira ni se vende tanto el talento de una persona, sino la cola y los pechos que puede enseñar.
• ¿Qué es lo más complicado a la hora de actuar?
El papel más difícil, y el que casi siempre me toca, es el de la mala, celosa, enfermiza y envidiosa, aunque igual lo disfruto al máximo. También, me cuesta mucho dar besos a una persona por simple actuación; debo aceptar que, hasta ahora, ninguno me gustó, pero no me queda otra que meterme en el personaje.
Por Javier Morales (19 años)