Vuelta de trompeta

Tras su reciente llegada a Inglaterra, donde realizará una estadía artística, una de las mejores intérpretes de la trompeta en nuestro país vive, desde la distancia, el éxito de su banda Mothersip, contándonos cómo afianzaron su original estética.

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La trompetista Mar Pérez es una artista que, tras coincidir con amigos y talentosos compañeros, disfruta hoy en día de una nueva etapa en su carrera. Entusiasmada desde los seis años hacia el arte, en el 2003, luego de tomar clases de piano, órgano y guitarra, ingresó al Conservatorio Nacional de Música (Conamu) y, al ver que no quedaban lugares disponibles para estudiar los instrumentos que conocía, el maestro Florentín Giménez la incentivó a probar con la trompeta, culminando el profesorado superior tras 12 años.

Actualmente trabaja en su tesis de licenciatura en Educación Musical en la Facultad de Arquitectura, Diseño y Artes (FADA) de la Universidad Nacional de Asunción. Su experiencia sinfónica la llevó a participar en las más renombradas orquestas del país, conformando hoy en día la del Congreso de la Nación bajo la dirección del maestro Diego Sánchez Haase.

Fusionando la dedicación y preferencia hacia la experimentación de sonidos, integró la fila de vientos de importantes bandas populares, como Purahéi Soul, Ese Ka'a, La Fruta Prohibida, La Band'elaschica y Mothership, agrupación en la que ahora desarrolla interesantes reversiones de clásicos del soul, funk, pop y temas propios, despuntando el caudal creativo de todos sus miembros. Luego de una rigurosa audición, así como varias pruebas y entrevistas, fue invitada por la Universidad de Birmingham (Inglaterra) a una estadía artística en el conservatorio de dicha institución.

En diciembre del año pasado lanzaron su primer sencillo original que acompaña un videoclip y, tras anunciarse la participación del grupo en el festival Asunciónico en marzo, atraviesa uno de sus mejores momentos como artista de la escena alternativa musical sin perder los rasgos de su formación clásica. 

Luego de casi cinco años de haber formado la agrupación Mothership, ¿cómo manejás los logros que conquistaron y tu reciente viaje? Mothership pasó por varios procesos, los cuales no me esperaba. Empezamos como un grupo de amigos y ahora se convirtió también en nuestro mayor proyecto artístico, encaminándonos a afianzarnos como una banda profesional. En realidad, estoy muy sorprendida del lugar al que llegamos. Es el fruto de mucho esfuerzo y dedicación, inversión de tiempo y dinero. Estamos muy contentos, agradecidos, entusiasmados con todo lo que nos pasa y aún más incentivados en seguir adelante. Vuelvo al Paraguay en junio, así que desde la distancia seguimos en contacto, puesto que tenemos agendadas varias metas para este primer semestre del año y todo está encaminado.

Con el lanzamiento del videoclip, su próxima presentación en el festival Asunciónico y demás proyectos, ¿cómo afianzaron su musicalidad y cómo proyectan diferenciar su sonido ante el auge de nuevas propuestas en el país? Mothership empezó siendo una banda meramente de vientos, versionando y tocando clásicos de la banda de los 70 The Jb'S y, desde el principio, el sonido fue cambiando.

Aún estamos en la búsqueda del sonido propio, aprendiendo de ese proceso. Para Asunciónico, la banda está superentusiasmada, ya que desde hace unos meses pasamos de ser un grupo de covers a tener temas originales, al lanzar nuestro primer sencillo (Lose myself) y nuestro primer videoclip oficial (I don't give a shh!).

Llevar esa propuesta de soul al festival nos emociona mucho. Aún no lanzamos el EP, pero en vivo ya tocamos varios temas que estarán en él. La industria musical en el país crece cada vez más y para mejor. Es increíble y me alegra ver la cantidad de agrupaciones de distintos estilos existentes ahora, y pienso que cada una de ellas está en la búsqueda de su identidad musical. Nos diferenciamos de los demás al realizar nuestras presentaciones en vivo y compartir con el público que nos sigue desde el inicio. También nos distinguimos en el estilo y la manera de versionar canciones. Todo suma en la estética que planteamos.

¿Cómo se fusiona el lenguaje erudito de la trompeta, incorporando su esencia al estilo popular, teniendo en cuenta que ambas categorías sopesan diferentes características de la música contemporánea? La trompeta popular y erudita son dos carreras muy diferentes. Mi carrera siempre fue con base en la trompeta erudita y por años vengo tocando en orquestas, creciendo día a día musicalmente. Eso me ayuda en varios aspectos al momento de fusionarme con lo popular. Mi especialidad no es la trompeta popular, pero siempre que puedo tomo clases particulares, para aprender técnicas nuevas que favorecen la interrelación que podemos generar entre ambos estilos.

Fijándonos en el mercado musical paraguayo, ¿cuáles son las estrategias para consolidar una agrupación de muchos integrantes, resolviendo los arreglos de las canciones, colaborando en la composición y manejando aspectos más relacionados a la producción de cada toque? En Mothership somos nueve músicos, más un equipo de logística y comunicación que nos ayuda a crecer como agrupación. A la hora de hacer canciones, como somos nueve, cada uno es libre de traer su propuesta. Entre todos la evaluamos y arreglamos. Somos afortunados en ser muchos; todos podemos ser en cualquier momento el arreglador o compositor, etcétera. Hay muchas ideas creativas.

En la estética musical que plantean, ¿cómo potencian las virtudes de sus miembros y cuándo se da el consenso que equilibra las cualidades de cada uno en favor a la unidad musical? Nuestra ventaja es que somos nueve universos diferentes. La fusión creativa desde lo musical nos lleva a concretar ideas para los toques, canciones, estrategias, entre otros. En el bien común que planteamos, la mayoría de las veces resulta ser favorable y sorpresivo.

¿Cómo vivís la experiencia de estar lejos de tu banda durante este periodo tan importante? Si bien es poco el tiempo que estaré por aquí y aún no hace ni un mes que me instalé en Inglaterra, extraño participar en eso que te decía: la creación colectiva, más aún con la presentación en el Asunciónico. No obstante, estamos en permanente comunicación y trabajamos a distancia en la producción de las canciones originales. Se vienen presentaciones muy importantes para la banda. Estoy segura de que sin mí, allí, todo saldrá genial también. Ahora aprovecharé esta oportunidad y, al regresar, quiero seguir construyendo música con mis amigos.

Formándose y adquiriendo nuevos conocimientos con las bases del instrumento que llegó a ella fortuitamente, pero con el cual crece y resuena en los gustos que la acompañan desde siempre, Mar le da una vuelta de trompeta a su vida artística y, colaborando con los amigos que la música le acercó, lleva versatilidad en las sensaciones sonoras que surgen de un ideal común y bailan con todos los sentidos.

Como suena el metal

Desde la emisión del sonido, la postura de los labios, la respiración y todas las técnicas que despiertan la peculiar musicalidad de los instrumentos de viento, como la trompeta, el saxofón, los trombones o el corno, una suerte de metaforalidad trasciende con estas vibraciones.

En la mayoría de las piezas eruditas (sinfonías, conciertos, óperas, ballets, etc.), el carácter y la personalidad que los glisandos, estacatos y diferentes variaciones armónicas del metal aportan al conjunto son bastante versátiles.

Podemos sumergirnos en composiciones sublimes, evocando pasajes solemnes y majestuosos, como los propuestos por Wagner o Beethoven, así como dibujar la seducción, la tristeza o el peligro, tal y como nos sugieren De Falla, Tchaikovsky o Puccini.

Esta cualidad derriba los géneros y estilos, y desde las bases del soul, funk, jazz e, incluso, folklor, nos deleita con lenguajes llenos de dicotomía en el planteamiento estético.

Relacionados con la pasión, la alegría y el temperamento bohemio –parafraseando un poco–, los metales no tienen límites en cuanto a su alcance y exploración.

Exponentes como Mar, Lucero Núñez, Lara Barreto, Fátima Abramo y Diana Quiñónez se posicionan por sobre un circuito que, alguna vez, tuvo a los varones como principales referentes. Hoy podemos admitir, así como suena el metal, que las chicas dedicadas a la música y al estudio de estos instrumentos en nuestro país brillan cada vez más fuerte.

Texto carlos.canete@abc.com.py

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