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Una ruptura amorosa supone un desajuste emocional y un cambio de vida personal que, ocasionalmente, afecta la salud mental de varias maneras. Muchos experimentan un vaivén de sentimientos, desde depresión, vulnerabilidad, agotamiento hasta ira y rabia. “Las separaciones siempre son difíciles”, dice el Mag. Ariel González Galeano, sicólogo clínico y sexólogo, quien mañana, a las 8:00, disertará en el local de Educación, Clínica e Investigación en Sexualidad (Zurbarán 892 c/ Sgto. Gauto) acerca de cómo afrontar una separación y divorcio. El profesional comenta que, desde la sicología, el divorcio es un proceso que tiene diferentes etapas. A veces, las parejas discuten, pelean y ante la poca tolerancia mencionan: “Bueno entonces, vamos a divorciarnos”, como si fuese la solución a su poca paciencia. Estar en pareja requiere de un esfuerzo constante; ambos deben dedicarse tiempo todos los días. “Mi recomendación inicial es que cada integrante se cuestione si el divorcio es realmente lo que desean y, sobre todo, si con eso creen que los problemas finalizarán. Segundo, una vez que el divorcio sea la decisión es importante que entiendan que es un proceso que no se supera de la noche a la mañana y mientras más incertidumbres existan, más doloroso resulta todo. Por último, existen profesionales y terapeutas especialistas en terapia de pareja que ayudan a enfrentar de la mejor manera este proceso. Cuando el matrimonio que desea separarse tiene hijos, debe aceptar que el vínculo como pareja terminará, pero no como padre o madre, por lo tanto deben ser capaces de mantener el bienestar de ellos”, comenta el experto. Asimismo, asegura que este conflicto depende desde la perspectiva en la que observen los hechos. Nadie obliga a verlo desde una mirada negativa, simplemente acostumbran de esa manera, pero si cambian de postura, todos serían más felices. “Una ruptura puede significar un crecimiento y una oportunidad para aprender a recomenzar. Así lo demuestran algunas parejas. Muchas de ellas optan por mantener la amistad y respetar el amor que alguna vez sintieron. Al principio, la soledad golpea, pero es fundamental el autocuidado, controlar la mente y no imaginar a la otra persona con otra ni obsesionarse con preguntas, como ¿por qué no funcionó?, ¿por qué me dejó?, ya que estas actividades no permiten progresar”, asegura el sicólogo.
Índice global
En el 2014, la revista online estadounidense Business Insider, basada en cifras de Eurostat (Oficina Europea de Estadística), publicó un mapa de divorcio. Según este, Europa fue el continente más divorciado del planeta, con Bélgica liderando los índices (un 71 %), mientras que España se situó entre los cinco primeros países, alcanzando un 61 % (dato que últimamente bajó de forma considerable, hasta un 20 o 30 %, debido a la crisis). Chile fue la nación en la que menos divorcios se registraron, con apenas un 3 %, seguida de Vietnam (4 %) y Libia (5 %).