Virtudes de la rosella

En nuestro país se la conoce como grosella; sus diferentes variedades se cultivan para el consumo, como verduras, la elaboración de tisanas, dulces, jaleas y alimentos para animales.

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Crece con ramas rectas y pequeñas ramificaciones, resiste sequías, no tiene grandes exigencias de suelo y aporta numerosos beneficios a la salud. La rosella es una planta que crece en nuestro medio con mucha facilidad, pero es muy poco aprovechada porque sus importantes propiedades para el consumo humano y animal, y su uso en la industria fueron poco difundidos.

Este fruto posee muchas variedades; la que se cultiva en Paraguay es la Hibiscus sabdariffa, que cuenta con abundantes ácidos vegetales, los cuales saborizan muy agradablemente los preparados que se obtienen de él. Sin muchos requerimientos de agua, crece favorablemente en climas cálidos, ya que se desarrolla adecuadamente con 500 mm de lluvia durante su periodo vegetativo, que dura unos cinco meses, pero precisa de mucha luz solar.

Bien adaptada

Se adapta fácilmente a una gran diversidad de suelos, pues es un cultivo poco exigente, pero es más productivo en suelos profundos; por lo que no se recomiendan aquellos susceptibles de inundaciones.

Cuando se establece un cultivo con miras a la comercialización, se deben seleccionar las plantas que tienen los cálices más oscuros porque tendrán mayor rendimiento en la coloración de los productos utilizados. Las semillas se secan a la sombra y se guardan hasta la siembra. El poder germinativo de estas se mantiene alto durante el almacenamiento, llegando a un 90 % en aquellas almacenadas durante 10 meses. La siembra puede hacerse en almácigos o en forma directa. Esta última alternativa se elige cuando las semillas no abundan, considerando que la rosella tolera muy bien el trasplante, el cual se debe hacer cuando las plántulas alcanzan unos 15 o 20 cm de altura. Si se trasplantan con mayor tamaño, se arriesga la disminución de la productividad. Se puede cultivar en macetones que reciban buen sol.

La rosella es muy requerida para infusiones y jugos en varios países de nuestro continente; se usa con mayor frecuencia en la preparación de mermeladas, por su suave sabor y porque conserva la mayoría de sus propiedades.

Efectos sobre la salud

Muchas investigaciones comprobaron su alto valor positivo en la salud humana. Es considerada un tónico cardíaco; además, es diurética, antiséptica, analgésica. También antiinflamatoria, antimicrobiana, astringente, cicatrizante, depurativa, emoliente, sedativa, tonificante, estimulante, vasodilatadora (ayudando a bajar la presión) y vitamínica. Es rica en fuertes compuestos antioxidantes, los cuales le dan su color rojo intenso. Además, la rosella tiene un enorme contenido de vitaminas A y C, muchos minerales, ácido cítrico y otros. Los antioxidantes que se encuentran en ella la hacen un alimento que ayuda a combatir varias enfermedades.

Elaborada como agua fresca o té, puede ser muy buena para perder peso, ya que favorece el proceso digestivo; es ligeramente laxante y diurética, facilita el trabajo de los riñones, confiriendo resultados depurativos y desintoxicantes.

Las hojas verdes se emplean en platos especiales, reemplazando a la espinaca en el preparado de arroz con pescado, al que da un sabor único.

Otro aspecto a considerar es que sus hojas tiernas se pueden consumir en ensaladas. También sirve como alimento para aves y como abono orgánico. Con la fibra se hacen cordones artesanales. 

Hojas secas

Si se van a destinar a la producción en seco, se desprenden las hojas con un corte realizado en la parte basal, para que el cáliz se desprenda totalmente y quede solo el capullo de las semillas. Así, las hojas son más fáciles de extender al sol para su secado, el cual se completa cuando alcanzan un 12 % de humedad. Esto es fundamental para que no se formen hongos durante el almacenamiento.

El mercado de hojas secas es muy grande porque gran parte del comercio internacional las compra así para diferentes productos, entre ellos los destinados al té.

Con el cáliz de la rosella se hacen fácilmente jugos en la licuadora, mermeladas, helados y postres que necesiten de un toque ácido, parecido al de la frutilla.

Para nutrición animal

Las semillas de la rosella pueden también ser útiles en nutrición animal. En trabajos realizados en pollos, se demostró que es posible utilizar hasta en un 20 % de las raciones, sin alterar la conversión alimentaria y se la emplea en la alimentación de otras aves.

La rosella puede ser incluida en los programas de cultivos agroforestales con el banano, la piña, el coco y aquellas plantas que no abarcan grandes superficies de sombra. En la zona de Emboscada puede combinarse con plantas de café.

Cosecha y cuidados

La cosecha se hace de forma manual con una herramienta cortante bien afilada que  no desgarra el fruto, para cuya comercialización se debe atender el destino que se le dará. Si se entrega para consumir en fresco, lo ideal es colocarlos en una canasta para que mantenga su frescura y no se machuquen las puntas. Conviene mantenerlo en espacios aireados; si es posible, refrigerados para prolongar su comercialización en fresco.

La rosella es una planta para el jardín soleado de los pequeños productores.

Recetas. Una manera fácil de hacer mermelada es tomar 250 g de rosella y colocarlos en un litro y medio de agua. A continuación, se licua la mezcla, se la vierte en una cacerola con un kilo de azúcar y se lleva al fuego hasta que logre espesor. Hay que tener cuidado en este punto, ya que cuando se enfría se endurece con facilidad. También se puede suprimir el azúcar, usando el ka’a he’ê como edulcorante natural y espesar con gelatina sin sabor. Pasa lo mismo con el té, que se puede endulzar con sus hojas secas, que le otorgan un sabor y una tonalidad muy particular. Su color es muy utilizado en la preparación de otros productos que requieren características naturales, sin recurrir a colorantes artificiales.

Texto Dr. P. M. Gibert

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