Cargando...
Durante los viajes de las vacaciones, los pequeños disfrutan a lo grande, ya que prueban comidas nuevas, ven otros lugares, escuchan hablar en idiomas diferentes si se desplazan al extranjero y, a la vez, abren los ojos al mundo.
Viajar en familia permite a sus progenitores pasar tiempo de calidad con ellos, pero también puede agobiarles y generarles dudas y estrés, incluso desde antes de hacer la reserva. Según la agencia de viajes online Rumbo (www.rumbo.es), “un 10 % de las consultas más frecuentes que recibimos de los usuarios se relacionan con los viajes en familia”.
En efecto, “la idea de viajar con niños puede ser abrumadora, sobre todo cuando se hace por primera vez”, señala a Efe, Laura Amoretti, directora comercial de lastminute.com group, que se especializa en viajes online.
Es una situación bastante frecuente, ya que –según esta experta– “los niños pueden viajar prácticamente desde que nacen, incluso en avión, y la mayoría de las aerolíneas permiten subir a bordo a los bebés a partir de que cumplen las 48 h de edad”.
“Pensar en cómo tolerarán los pequeños el trayecto hasta el lugar de destino, cómo dormirán en un lugar distinto al hogar o cómo se adaptarán a los cambios de horario si se viaja lejos son algunas de las principales causas de dudas y estrés para los padres”, según Amoretti.
“Sin embargo, con un poco de preparación previa y siguiendo unos consejos sencillos, al final todo sale bien”, asegura esta experta en viajes.
Disfrutar cada minuto
“El mejor consejo que se le puede dar a una familia que va a viajar junta es que no pierda la ilusión por descubrir el mundo y disfrute de cada minuto, incluso desde antes de decidir el destino. Viajar con niños es una experiencia maravillosa que enriquece a toda la familia, sin importar la edad”, asegura.
Amoretti recomienda a las familias que piensen en el sinfín de vivencias positivas que aporta viajar con sus hijos y el tiempo de calidad que ganarán descubriendo el mundo juntos.
“¡Hay que relajarse, disfrutar de cada etapa del viaje, incluso desde antes de hacer la reserva, y lo demás saldrá bien!”, destaca. Cuando se compartan viajes vacacionales prolongados, como los veraniegos, “es muy importante que los niños adquieran rápidamente una rutina, tanto en el caso de los bebés como el de los mayores”, señala Amoretti.
“Por eso, aunque las vacaciones inviten, a veces, a dejar de lado los horarios y aprovechar al máximo las horas del día, cuando se viaja con menores, es aconsejable establecer al menos unas horas fijas para las comidas”, recomienda esta experta.
“En el caso de niños de entre los 5 y 14 años se puede aprovechar el viaje para que hagan inmersión cultural”, añade.
Para Amoretti, jugar en los parques con otros niños, establecer contacto con otras familias del mismo hotel y distintas procedencias, a la vez que practican idiomas, ayudarán a los niños más mayores a abrir su mente y aceptar las diferencias culturales.
Documentos en regla y botiquín viajero
“Una cuestión práctica que siempre hay que tener en cuenta cuando se viaja en familia es llevar toda la documentación en regla”, recuerda Amoretti. “Un complemento útil puede ser también una pulsera identificativa para los más pequeños, que son de silicona, impermeables y muy resistentes, y en las que se puede grabar el teléfono de contacto de los padres”, señala.
“Tampoco está de más llevar desde casa un botiquín con los medicamentos más habituales de los niños, así como elementos de primeros auxilios para cortes, rozaduras o ampollas, ya que van a caminar y jugar más de lo habitual”, apunta.
Añade que conviene conocer un poco el destino de antemano, para preparar las medicinas adecuadas y, por ejemplo, si se viaja a la costa, conviene llevar repelente de mosquitos. Además de estas recomendaciones, propone unos consejos para padres, para ayudar a que los viajes solo generen recuerdos felices en la familia, tanto si se viaja con bebés como con niños mayores.
Antes de partir...
- Haga un hueco en la maleta para la ropa y los juguetes favoritos de los niños. Si no se tiene mucho espacio, se puede recurrir a las bolsas de compresión.
- Si viaja con un bebé, compre previamente por internet un surtido de elementos que se pueden necesitar durante las vacaciones, como pañales o comida especial, y pida que lo entreguen directamente en el alojamiento de destino.
- Añada al equipaje un elemento familiar de su habitación (almohada, peluche, lámpara, etc.) para ayudar a que los niños no echen tanto de menos sus camas y duerman mejor.
- Esté preparado para un posible retraso en el vuelo y, si viaja con bebés, procure llevar pañales en el equipaje de mano, ya que comprarlos en el aeropuerto sale muy caro.
Durante el trayecto...
- Prevea las molestias que sufren los oídos infantiles por los cambios de presión durante el despegue y aterrizaje del avión. Succionar y tragar sorbitos de líquidos con frecuencia puede ayudar a los más pequeños, y mascar chicle o chupar caramelos puede hacer la situación más llevadera a los niños más mayores.
- Procure llevar un smartphone o tableta electrónica con los videos favoritos de los niños, asegurándose de que cubran varias horas de entretenimiento y la batería esté cargada.
- Lleve encima un cuaderno, pinturas de colores, pósits, hojas de papel, pegatinas, y anime a los pequeños a dibujar cómo será el lugar de destino.
- Viaje con una almohada inflable o un cojín pequeño, ya que pueden ayudar a los niños a dormir durante el trayecto y se sientan más cómodos mientras estén sentados.
Una vez en el destino...
- Deshaga la maleta nada más al llegar, y cree zonas separadas y ordenadas, ya sea en un hotel o apartamento, sin olvidar la zona de juegos, ayudando a crear un espacio cómodo y familiar en el que tanto niños como adultos se sientan como en casa.
- Lleve un “kit infantil de entretenimiento” que contenga, por ejemplo, servilletas con sus personajes de dibujos favoritos, pinturas para colorear, papeles, ya que no todos los restaurantes están preparados para recibir niños.
- Adelante la hora de la comida o la cena si come en un restaurante, ya que esta medida ayuda a encontrar sitio sin esperar en filas ni hacer reservas, permite disfrutar de más silencio y ofrece más posibilidades de tener espacio extra junto a la mesa, algo imprescindible si se lleva un carrito de bebé.
- Olvídese de las agendas y las prisas, sea flexible e intente improvisar dentro de un orden. Por las noches, antes de dormir, planifique en familia las actividades del día siguiente, teniendo en cuenta las opiniones de los hijos y haciendo que participen en las decisiones del viaje, para que lo vivan con mayor entusiasmo.
EFE Reportajes
Fotos: Rumbo/lastminute.com group