Cargando...
Si de acudir al encuentro de un potencial empleador, vale la pena dejar guiarse por el sentido común, proyectando una imagen profesional, confiable y lista para abrazar una nueva labor. La vestimenta para esta ocasión debe contribuir con este propósito.
Por norma general, los tonos conservadores, como el azul o gris, resultan pertinentes para estos casos. Optar por un negro puede quedar demasiado serio. Ahora bien, si es el elegido, hay que encargarse de lucir otro color cerca del rostro para suavizar la imagen.En las entrevistas de trabajo, vestir camisas siempre es preferible a las camisetas. Evitemos calzar sandalias, calzados deportivos u otros semejantes, ya que estos son muy informales. Felizmente, nosotras gozamos del acceso a una amplia oferta para el guardarropas, en términos de alternativas y variedad. Sin embargo, las minifaldas y ropas muy ajustadas se desaconsejan. En cambio, se recomiendan escoger blusas mangas largas o francesas, en lugar de aquellas con tirantes.
Tampoco es conveniente presentarse con pantalones de pescador ni pirata puestos.
Menos es más, por eso, cargarse de joyería es innecesario. Al contrario, no lleves más de dos anillos en cada mano ni más de un aro por oreja.
Si existiera una segunda entrevista, renová tu apariencia modificando la forma de vestir, variando el color de la blusa, camisa, o la falda.
Un encuentro de esta índole no es el adecuado para presumir de lo que está de moda, pero este concepto cambia cuando el puesto en cuestión está relacionado con el arte, la imagen o la moda. Si así fuese, hasta podría convertirse en más apropiado.
Tips
Lo más importante es investigar la cultura de la empresa y su código de vestimenta. Para eso, tratemos de averiguar a través de alguna persona que trabaje en la compañía o, directamente, preguntemos qué suelen vestir los colaboradores.
Lo aconsejable es llevar ropa cómoda, sencilla y discreta. No se trata de disfrazarse de algo que no se condice con la personalidad del aspirante, pero sí se debe transmitir profesionalismo.
Antes de entrar a la entrevista, verifiquemos que nuestros zapatos estén completamente limpios, dejando de lado las sandalias por los modelos cerrados.
Y, por favor, mujeres acostumbradas a los vestidos y polleras: recuerden llevar medias finas en tonalidades piel o nude, ¡aunque sea verano! No exageremos con el maquillaje ni el perfume. Ojo con el aspecto de las uñas: nada de exhibir uñas muy largas ni pintadas en colores muy llamativos o con diseños.
Demás está decir que los varones irán bien peinados y afeitados. Si usan barba, deben lucir recortada y prolijamente cuidada. Entre los accesorios oportunos para ellos están el cinto y el reloj. Otro detalle ineludible es la presencia de una cartera o un bolso, no demasiado grande, en el que se porte el currículum ¡sin doblarlo! Tanto para las mujeres como para los hombres, un portadocumentos es un buen complemento, ya que pondrá a su alcance algo que sujetar con las manos mientras se espera, sin correr el riesgo de meter las manos en los bolsillos.
Quienes se hayan aplicado un pirsin, sepan que quitárselo siempre ayudará a alcanzar la meta y obtener el empleo. Este enunciado es extensivo a los tatuajes, y tratemos de no dejarlos al descubierto.
Finalmente, al salir de casa, constatemos que cada pieza que conforma el look se vea impecablemente planchada.
Ahora solo queda presentarse ante el entrevistador. Andá con confianza, prudencia y seguridad.
¡Mucha suerte!
Hasta la próxima entrega.
www.facebook.com/audaroig