Tras un LMFAO

Dejó la dirección de la Tv Pública para embarcarse hacia un nuevo proyecto, uno grande, en el campo internacional: grabar un documental sobre la vida de Redfoo, el cantante de electro pop. Ya de regreso al país, accedió a una nota y comenta cómo fue su experiencia al lado del artista, sobre su vida familiar y su peculiar historia de amor.

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Gracias a sus estudios y su profesionalismo, Sergio Marcos fue llamado para la grabación de un documental sobre la vida del famoso artista norteamericano RedFoo, líder del conocido grupo de electro pop LMFAO. “En un curso de guiones que realicé en EE. UU. conocí a Alberto Portillo, un latino nacido en aquel país. Con él habíamos formado Martillo Pictures, una productora con la que grabamos el corto Inspector Sánchez, en Californa. RedFoo conoció el trabajo de mi compañero a través de otro artista y, convencido de su profesionalismo, lo contrató como director del departamento de audiovisual”. Fue así que Alberto lo convocó para que fuera parte del equipo de grabación y así viajó a Australia. “Nunca antes había viajado a aquel país. La gente de allá es muy profesional y eso es estimulante a la hora de trabajar”, expresa.

Sergio comenta que cuando llegó a Australia fue muy bien recibido y comenzó con las actividades para las que fue designado. “Para las personas de allá era toda una novedad trabajar al lado de un paraguayo. Los australianos son muy cultos. Cuando les decía mi lugar de procedencia, ubicaban a nuestro país fácilmente en el mapa. Manejan muy bien la geografía”, cuenta.

La cámara B fue la que operó Sergio durante las grabaciones del videoclip Let's get ridiculous. También participó del rodaje del documental sobre la vida del cantante pop y de la producción de su programa de tevé llamado X- Factor. “Yo estoy creciendo como cinematógrafo y camarógrafo. Este último oficio lo respeto muchísimo. El director de fotografía me ayudó en todo el proceso. Volví a Asunción con una profesión nueva y estoy agradecido”, resalta.

El profesional califica a Redfoo como el ícono visible del grupo LMFAO y dice que trabajar a su lado fue sumamente gratificante. “Él es una persona disciplinada, muy exigente y responsable; la labor fue ardua pero satisfactoria. Su video costó alrededor de USD 350.000, el más caro del año. Su música se convirtió en número uno en el país oceánico en 23 minutos; un récord total. Y ser parte de ello ¡es genial!”, destaca.

Ahora, devuelta a nuestro país, Sergio piensa continuar con su labor cinematográfica, pero sin descuidar sus proyectos en el campo internacional. “Redfoo brinda credibilidad a mi carrera. Costó formar parte de su equipo; no fue fácil. Fue todo un proceso; estudié, viajé, fui pasante, hasta que fui llamado para ser parte del staff de grabación, lo cual considero un logro. Pero quiero hacer cine, eso es lo mío. Estamos planeando filmar una película en Paraguay el próximo año. Los detalles los daremos a conocer más adelante”, manifiesta.

Pez fuera del agua

Sergio Marcos nació en Asunción. Pocos años después, su papá, Juan Manuel Marcos, había sido enviado al exilio junto con su familia a España, durante la dictadura. Hasta los cuatro años, Sergio vivió en Madrid. Luego, con sus padres, se mudó a Estados Unidos, donde recibió la formación primaria. Su vida estaba marcada por los continuos viajes. “Siempre me sentí un pez fuera del agua. En España éramos sudacas, en EE. UU. nos tildaban de españoles, mi acento era totalmente español, y cuando volvimos a Paraguay era el gringo. Me acostumbré a ser un camaleón y a adecuarme rápidamente a las circunstancias. Su pasión por el cine y la producción audiovisual se remonta a su niñez. “El cine ocupa un lugar importante en mi corazón y está presente en los recuerdos de mi infancia. La primera película que vi es Fantasía, de Disney, gracia a papá que me había llevado por primera vez al cine. Además, por las operaciones del oído que tuve, utilizaba la Guerra de las Galaxias para escaparme de la realidad. Me decía: Soy Luke Skywalker, me ponía la máscara y perdía el miedo a la anestesia”, recuerda.

“Siempre tendremos París”

A Sergio le llegó el amor de manera inesperada. Un día, la tapa de una revista le llamó la atención. La acercó para observarla detenidamente y al instante quedó atónito ante la belleza de la mujer que se mostraba en la portada. Desde ese momento se propuso conquistarla. Para su suerte, una de sus amigas resultó ser la prima de la dama que tenía su corazón. “Todos los días le insistía para que me ayudara a conseguir una salida con su prima Mónica, y después de tanta espera, me encontré con ella en un gimnasio. Por suerte, todo salió bien y comenzamos a salir. Nuestra primera cita fue en una heladería París y aquella frase romántica de la película Casablanca la hicimos nuestra: Siempre tendremos París”. Y bien, el amor nació, creció y nos casamos”. De la relación nacieron Juan Ignacio (7), Julieta (4) y Rafael, que está a punto de cumplir su primer añito. “Mi familia es mi sostén. Mi esposa y mis hijos son lo más preciado que tengo”, dice emocionado.

Texto  jose.riquelme@abc.com.py

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