Serafina Dávalos: libre y transgresora

Libre, estudiosa y transgresora, caminaba por las calles de Asunción hace más de 100 años, con la mente puesta en lograr equidad para las mujeres, teniendo como base la educación. Era Serafina Dávalos, primera defensora del feminismo en el Paraguay.

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Serafina Dávalos nació en la ciudad de Ajos —actual Coronel Oviedo— en 1883, y falleció en 1957 en la completa soledad, y luego de una larga agonía.   

Es la primera abogada paraguaya, recibida en la Universidad Nacional, y la primera mujer que egresó de una universidad en el país.   

Desde luego feminista, su tesis se denominó Humanismo, presentada en 1907, en el mismo año de su graduación. Su trabajo universitario fue totalmente transgresor, pues hablaba acerca de las injusticias cometidas contra las mujeres.   

Imagínense a Serafina incomprendida, mirada incluso hasta con desaire o desprecio por numerosas personas, y por el solo hecho de ser defensora de los derechos de la mujer, inherentes a todo ser humano. Preparó la tierra, sembró las semillas, y ahora comenzamos a cosechar los frutos de sus sueños e ideales.   

Fue la primera en ocupar un puesto en la Corte Suprema de Justicia, participó en el primer congreso feminista internacional, fundó el Movimiento Feminista de Asunción, el Centro Feminista Paraguayo, la Unión Femenina de Paraguay, y la Liga Paraguaya pro Derechos de la Mujer.   

Es muy interesante que si buscamos en Facebook, encontramos el perfil de "Serafina Dávalos", con gran parte de sus datos biográficos, frases célebres, y —hasta ahora— 724 amigos y amigas. Evidente es también que alguien que la admira creó su espacio en la red social, para difundir su vida y logros, entre los que se resaltan la fundación de la Escuela Mercantil de Niñas en 1904; fue consejera en 1951 de la Liga Paraguaya pro Derechos de la Mujer.   

Como una de sus citas favoritas —en Facebook— figura esta: "Si queremos construir un país verdaderamente democrático en que la libertad, la justicia y la igualdad sean hermosas realidades, debemos empezar por organizar el hogar, sobre la base de una perfecta igualdad".   

Humanismo  

Hace 104 años Serafina eligió como tema para elaborar su tesis la presentación de "Reformas indispensables en las instituciones educacionales para levantar la condición social de la mujer en el Paraguay". Con el título de "Humanismo", y los antecedentes de la situación de la mujer paraguaya de la época, se refiere a la no naturalidad de la esclavitud de la mujer, y analiza sus derechos a la luz de la Constitución Nacional del momento.   

"Humanismo" es su tesis presentada para optar al grado de doctora en Derecho y Ciencias Sociales. En 1907 eran sus profesores los doctores Eusebio Ayala (Sociología); Marcial Sosa Escalada (Derecho Romano); Félix Paiva (Enciclopedia Jurídica); Teodosio González (Derecho Penal); Cecilio Báez (Economía Política, Finanzas); Francisco C. Chaves y Gualberto Cardús Huerta (Derecho Civil); José T. Legal (Derecho Mercantil); José E. Pérez (Derecho Administrativo); Antolín Irala (Derecho Internacional Público); José E. Pérez (Procedimiento Civil y Comercial, Procedimiento Penal); Federico Codas (Derecho Internacional Privado), e Ignacio A. Pane (Filosofía del Derecho).   

En el capítulo referente a la Constitución Nacional, y específicamente en el punto que presenta el área educativa, Serafina Dávalos escribe: "Basta del engaño sistemático de que se hace víctimas a las niñas en las escuelas, enseñándolas que carecen de derechos políticos y que no deben interesarse por todo lo que al gobierno de su país se refiere. Esta propaganda traiciona los intereses más fundamentales de las mujeres; y este engaño, elevado a sistema, deberá desaparecer y ser sustituido por la enseñanza de la verdad sin ambages ni reticencias ¡Pedagogos!, fijad por un momento vuestra atención y veréis que vosotros, en vez de ser sacerdotes de la verdad, desempeñáis el triste papel de mistificadores de los principios más elevados del civismo nacional".   

Libre, y con la mente puesta en un Paraguay equitativo e igualitario, Serafina plantea una serie de reformas indispensables para lograrlo, con palabras que son igualmente actuales y vigentes hoy.

Mirada por feministas   

Precursora del feminismo   

Line Bareiro la define en el prólogo de la reedición de Humanismo (2007, CDE): "La precursora del feminismo en nuestro país fue activa integrante de las diversas iniciativas de mujeres que se desarrollaron a lo largo de su vida. Ejemplos de ello fueron la Unión Femenina del Paraguay, de 1936, y la Liga Paraguaya pro Derechos de la Mujer".   

Y Milda Rivarola hace lo propio en este valioso volumen: "La primera abogada, la primera feminista del Paraguay supo así crearse un pequeño espacio entre el respeto y la leyenda. No se publican en esos años libros sin nombrarla. Con grandes fotos, con alusiones más o menos directas. Un viajero español la menciona como el indiscutible ejemplo de la liberalidad alcanzada por la mujer paraguaya. Su interlocutor, un respetado intelectual metido a político, le asegura impertérrito que a nadie asombraría en el país la candidatura presidencial de una mujer. ¿Sospechaba él que, casi un siglo más tarde, otras mujeres sonreirían, incrédulas, ante su peregrina tesis sobre el país donde a nadie asustaban las ‘reivindicaciones femeninas’?".

Luchadora

"La compañera Serafina". Así la define María Liz Román, integrante del Colectivo de Mujeres 25 de noviembre. La retrata de este modo: "Serafina Dávalos fue la primera abogada paraguaya, feminista, autora de Humanismo, su tesis que luego se convirtió en libro. Llegó a ser integrante de la Corte Suprema de Justicia de la República, aun antes de que las mujeres fueran ciudadanas en este país. Fue una precursora de nuestros derechos, una transgresora, como toda luchadora contra los molinos de viento del machismo, del statu quo; fue una revolucionaria que abrió caminos para el logro de tantos derechos de las mujeres".

Aguerrida e intrépida

"La imagino a inicios del siglo XX —afirma María Liz— paseando por la ciudad de Asunción, observando las desigualdades e inequidades, y sentándose luego en su casa sobre la calle Herrera, a escribir su libro tan lleno de verdades y aciertos, haciendo que los varones de la época tiemblen, se asusten ante esa mujer aguerrida e intrépida y, sobre todo interpeladora, haciendo uso de la palabra, de su ‘boca contra los fundamentalismos’ de esa época tan esquiva a derechos e igualdades.   

Brindo por ella, le agradezco por su lucha, que abrió caminos a los logros de las feministas de este país, entre las que me incluyo con mucho orgullo. Cuesta ver que aún en pleno siglo XXI existan tantas inequidades, pero es tan importante ver que los derechos de las mujeres se siguen logrando, gracias a mujeres valerosas e inolvidables como Serafina. ¡¡¡Salud, compañera!!!".

"Basta del engaño sistemático de que se hace víctimas a las niñas en las escuelas, enseñándoles que carecen de derechos políticos y que no deben interesarse por todo lo que al gobierno de su país se refiere". (Serafina Dávalos) 
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