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La moda hace referencia a situaciones más o menos concretas, cuyo sentido social está claro. Vestirse bien según sus cánones es manejar los códigos sociales que rigen las diversas circunstancias de la vida pública. Al adaptar las creaciones a una pluralidad de situaciones, el código vestimentario se afina.
Inmersa en este bagaje simbólico, la diseñadora Ilse Jara presentó recientemente una línea de atuendos menos formal, sin perder su característica estética refinada, y aunó esfuerzos con la fotógrafa Chiara Chiriani y una reconocida marca de impresoras.
¿Cuál es la principal particularidad de esta nueva colección, más allá de las impresiones fotográficas de Chiara Chiriani en las prendas y el estilo casual, apartada ahora de las últimas propuestas de alta costura?
Es una nueva línea totalmente independiente a Ilse Jara, una unidad autónoma de prendas ready to wear (listas para usar), con un estilo más alegre y colorido. La diferencia es la versatilidad, ya que se pueden usar tanto para un evento tipo cóctel, un acontecimiento importante o de uso diario casual, siempre dependiendo de la combinación y el estilismo que cada portadora prefiera.
Como artista y empresaria inmersa en el mercado cultural del diseño de indumentaria y piezas icónicas, ¿cómo se da la sinergia de acuerdos comerciales; por ejemplo, trabajar con la firma Epson para el desarrollo de tus metas?
Me resulta muy sencillo conectar con otras marcas, sobre todo con las relacionadas a la tecnología. Se dio naturalmente, puesto que utilizamos este recurso para el desarrollo de toda la colección. Desde Ilse Jara generamos y trabajamos el concepto, pensando en los atributos de los productos involucrados y en cómo conectarlos creativamente. Es un trabajo intangible que generamos internamente con nuestro equipo de marketing.
¿Por qué las fotografías de Chiara Chiriani y qué similitudes encontrás en su trabajo que provocan plasmar tus ideas en su mirada a través de la lente?
Con Chiara nació la idea en un viaje que hicimos juntas. ¿Cómo no conectar su arte con el mío? Desde esa consigna surgió orgánicamente utilizar el recurso de la sublimación digital, plasmando con plenitud sus fotografías a las prendas. Mi conexión con ella es muy genuina, ya que ambas tenemos un valor muy importante hacia la naturaleza y la energía que nos brinda.
¿Qué pensás de este boom en la reproducción en la estética de los años 80 y 90 en cuanto a las líneas y cortes, teniendo en cuenta también que fue en ese periodo en el que empezaron a emplearse más las técnicas industriales, impresión y grabados de toda clase?
Yo creo que nada es coincidencia. La industria lanzó como tendencia los años 80 y 90, resurgiendo también la técnica de estampas. De todas maneras, no tengo ninguna influencia muy relevante a nivel de esas líneas.
¿Cómo dialogan tus diseños con los gustos y exigencias de la mujer a la cual destinás tus creaciones?
Podría decir que de una manera muy fluida. Ejecutamos la propuesta basados en un estudio de mercado afinado. ¿Qué es lo que hace falta?, ¿cuáles son los gustos y exigencias?, etc. De ese modo concebimos cada línea.
Contanos de algunos proyectos en puerta tras esta nueva colección.
Buscamos ampliar el mix y las tipologías de productos. Si bien iniciamos con las prendas de vestir, queremos extender la marca a complementos y accesorios de todo tipo, para ofrecer la posibilidad del total look.
Cuando los signos vestimentarios se desconectan de su soporte, uso y significación, se tratan de desviar los códigos del uso convencional para darles un sentido personal.
Estar a la moda no es seguirla, sino mostrar, mediante el uso que se hace de ella, que no existen parámetros rigurosos.
Analizar los cambios en la indumentaria demuestra interés por los movimientos gráficos, industriales, tecnológicos; en suma, inherentes a la reinvención, deconstrucción o afianzamiento de las corrientes semiológicas presentes en todos los aspectos culturales y con las que Ilse Jara apuesta a continuar impresionando.
Ilse Jara
Tras el lanzamiento de una nueva línea de estilo mucho más casual que sus acostumbradas creaciones, esta diseñadora y empresaria apunta al redireccionamiento de los códigos, fusionando la colaboración artística y las herramientas industriales.
La semiótica está de moda
El ensayista, filósofo, crítico literario y semiólogo francés Roland Barthes se encargó de vincular el estructuralismo presente en la semiología con un fenómeno, aparentemente apartado de ella, como la moda. A lo largo de su estudio en el libro El sistema de la moda presenta un recorrido por sus principales elementos, relacionados con el estudio de los signos.
El punto de partida de la investigación está al definir el corpus con el que se trabajará: las revistas de moda de un año específico. Esta decisión recae en que la moda es sincrónica durante un período anual, siendo fundamental en el estudio estructural, pues no presenta cambios radicales (diacrónicos). Es así como dentro de esta sincronía describe tres estructuras: lo icónico o plástico, que se desprende del vestido-imagen (fotografía del vestido); luego, la estructura verbal, que es proporcionada por el vestido-escrito (descripción verbal del vestido) y, finalmente, se encuentra la estructura tecnológica, arraigada en el vestido real. De estas tres estructuras escoge la verbal para centrar su análisis, debido a que la palabra proporciona un estado más puro y sin ruidos que entorpezcan la información; además, permite guiar el modo en que se recibe lo que se dice, dando pautas de protocolo.
Fuente: Barthes, R. El sistema de la moda (2005). Paidós.
Fotos: Archivo ABC Color, gentileza