Se fue una luchadora

Domitila Barrios dejó de existir, pero su recuerdo queda en cada una de las reinvidicaciones por las que abogó. La voz de la líder indígena boliviana y luchadora social se apagó con el cáncer. En medio de su pobreza, obró por la democracia de su país, por los derechos de las mujeres y demás desprotegidos.

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Domitila Barrios de Chungara nació el 7 de mayo de 1937 en un campamento minero de Pulacayo, en Bolivia. En Cochabamba, a poco de dos meses de cumplir 75 años, un cáncer de pulmón puso fin a la existencia de esta líder innata y con grandes hazañas, de entre las que se destaca una huelga de hambre que inició con otras mujeres en 1978 cuando la dictadura de Hugo Banzer oprimía su país. A la medida de presión emprendida por Chungara se sumaron miles de ciudadanos; el resultado fue la renuncia del gobernante y el llamado a elecciones.

Comenzó a elevar su voz desde el Comité de Amas de Casa de la Comunidad Minera Siglo XX, una agrupación que nucleaba a las mujeres de mineros. No tenían agua corriente, la electricidad podía usarse solo por algunas horas, las familias vivían en pequeñas casas sin baños privados, las mujeres debían sumar horas al trabajo doméstico para así aumentar el ingreso familiar a raíz de la escasa paga en las minas; son solo algunos de los motivos que llevaron a Domitila a empezar a organizar a las demás mujeres. Posteriormente, representó a Siglo XX en el Foro Internacional de la Mujer en México.

Artífice de la renuncia de Banzer, al año siguiente, acompañó como vicepresidenta al dirigente campesino Casiano Amurrio, en una dupla electoral sin resultados exitosos.

Fue madre de 11 hijos y padeció el dolor de perder a cuatro de ellos. La crueldad de las dictaduras militares era calcada para los países de América del Sur en las décadas de los 60, 70 y 80; tal como ocurrió en nuestro país, la persecución a disidentes del régimen era con tortura física y psicológica, y no excluía a las embarazadas. Domitila perdió a uno de sus hijos cuando fue brutalmente golpeada. Ante el dolor y el despojo no claudicó en su lucha; conoció el exilio, mas igual retornó. “Nosotros tenemos pan, pero hay muchos niños que no tienen qué comer”, es lo que siempre enseñaba la mujer a su familia.

Se refirió a su vida de lucha inclaudicable en 1976, cuando publicó Si me permiten hablar, libro que según el actual presidente de Bolivia, Evo Morales, le permitió a él conocer la situación de Bolivia cuando lo leyó por primera vez a los 15 años. La declaración del mandatario fue durante el acto de condecoración póstuma a Domitila de Chungara con la Orden del Cóndor de los Andes en el grado de Caballero, máxima distinción que otorga el Gobierno. Otras autoridades y la sociedad entera se expresaron de diferentes modos ante la triste pérdida, y coinciden en que Domitila es un modelo a seguir, un paradigma de mujer.

Familia y enfermedad

Domitila quedó huérfana de madre a los 10 años, y por ser la mayor, sus cinco hermanos quedaron a su cargo. A esa edad, con la responsabilidad de velar por ellos, no accedió a la escuela por problemas económicos.

Ezequiel Barrios, su padre, excombatiente de la Guerra del Chaco, fue dirigente sindical, y apresado en varias ocasiones.

Domitila se casó a los 15 años con un trabajador minero y criaron a sus siete hijos sobrevivientes.

En el 2004 y 2007 crea el Movimiento Guevarista y la Escuela de Política, respectivamente.

La nominan al Premio Nobel de la Paz 2005 junto a otras mujeres destacadas del mundo, pero la distinción recayó en un organismo internacional.

El cáncer se apoderó de su organismo desde 1984, cuando perdió el útero. En el 2008 le diagnosticaron la enfermedad en el pulmón derecho y, debido a las complicaciones, falleció el 13 de marzo de 2012.
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