Cargando...
La pasión de Alice María Meza Insfrán (28) por el movimiento nació con ella. Estudió danza clásica; “me encantaba bailar, pero como en Paraguay es muy difícil vivir del arte, lo dejé cuando comencé la facultad”, cuenta la licenciada en Nutrición. Sin desanimarse y emprendedora como es, pensó en hallar algo tan intenso y exigente como la danza. En 2002, hojeando la revista de ABC Color, leyó una nota sobre una competencia de deporte de aventura que organizaban los Bomberos Voluntarios del Paraguay, para la que había que formar un equipo. “Busqué entre mis amigos a los que tenían algún historial de entrenamiento y así logré armar el grupo. Fue a todo pulmón, con equipamientos rudimentarios. Hasta el remo lo fabricamos”. De aquel grupo, todos dejaron el deporte de competencia, excepto Alice. “Cuando empecé, en el 2003, éramos como 45 equipos. La mayoría de esa gente está casada, con hijos o viajaron fuera del país”. Sin embargo, el tiempo trajo a sus actuales compañeros: Gustavo Borgognon (capitán), Fernando Pérez y Darío Samaniego. El grupo, llamado Walhalla, participará en Costa Rica Adventure Race –AR World Championship 2013, del 29 de noviembre al 12 de diciembre. Alice es una de las pocas mujeres en esta opción deportiva; “cuando comenzamos en Paraguay éramos solo cinco, hoy ya somos más”.
Es una disciplina muy completa. Sí, porque vas atravesando lugares hasta llegar a la meta; caminás, trotás, vas tramos en bici, nadás, usás cuerdas para escalar, y siempre hay cosas nuevas. En Brasil, por ejemplo, este año hicimos rafting en kayak sit on top.
¿Qué se necesita además del gran entrenamiento físico? Mentalmente hay que estar completamente apto.
¿Corrés siempre con el mismo grupo? Lo ideal es tener varias carreras hechas con los mismos compañeros, porque así es como nos vamos conociendo. En estas competencias, si un compañero se queda por algún inconveniente, el equipo abandona; prevalece el sentido de compañerismo.
¿Qué otros valores humanos ejercitan? En cada carrera practicás la solidaridad, la paciencia y la tolerancia, porque todos tenemos nuestros momentos de bajón. Mi equipo es como mi familia. Para sobrevivir, madurás rápido y en todo sentido.
Siendo la única mujer, ¿te dan alguna ventaja? No. El trabajo es en equipo, cada uno pone una parte. Mis compañeros suelen decir que yo soy el alma del grupo, debe ser porque soy charlatana (ríe). Realmente es un deporte con mayoría masculina, aunque en las carreras internacionales exigen que los equipos sean mixtos, por lo menos que haya una mujer.
Me imagino que en tu mochila no hay lugar para el labial. Es un deporte en el que tenés que estar días sin bañarte, sin cepillarte los dientes, no hay ninguna comodidad, sufrís picaduras de insectos, quemaduras del sol, dormís cuatro o cinco horas durante toda la carrera.
¿Qué tal les fue en las últimas carreras? En Brasil éramos 42 equipos y nosotros terminamos en el 9.º lugar, es decir, estamos en el top ten mundial. En el Gold Rush Mother Lode 2013, celebrado en setiembre, al norte de California, mejoramos: llegamos en 5.º lugar de 15 equipos. Estamos muy satisfechos.
¿Cómo financian toda la movida? Las carreras internacionales tienen un costo altísimo. Ahora es el capitán del equipo quien solventa los gastos. Corremos como invitados, pero con la condición de entrenar y tener libre la fecha para viajar. Tener tiempo es una parte muy difícil, porque todos trabajamos.
¿Todos tienen el apoyo de sus familias? Sí, pero la cuestión familiar no es sencilla. Mis compañeros tienen hijos pequeños, me imagino que para sus esposas es difícil quedarse solas; y yo, aunque soy soltera y sin hijos, tengo mi novio; para él tampoco ha de ser fácil verme partir por varios días. Mi mamá me regaló un rosario que siempre llevo conmigo. Ella se preocupa y suele preguntarme hasta cuándo voy a hacer esto.
Doy por hecho que en cada carrera te armás del mejor menú. Cada uno lleva lo que le gusta. Yo llevo dulces. En Brasil había llevado sandwichitos de queso que con los días se pusieron medio rancios, pero igual me los comí porque no había para elegir.
¿Qué ganan los campeones? ¿Dinero? Los primeros puestos sí, buena plata. El resto gana enorme experiencia; en esto no hay desperdicio de aprendizaje. Y la oportunidad de viajar es lo máximo. A EE.UU. fuimos con todo pago por la empresa auspiciante. Es la primera vez que un equipo de aventura paraguayo sale a correr tantas carreras afuera.
¿Te acordás de alguna anécdota? Millones tengo. Te cuento una: en carrera, me perdí de mi equipo. Como era una subida, ellos avanzaban pensando que los seguía. Sin embargo, fui por otro camino. De pronto, sentí la soledad y mi mente empezó a decirme que me abandonaron, pero también me decía que eso era imposible. Estuve así largo rato, lloré de angustia, tristeza, desesperación, no sé bien qué era. Luego retrocedí. A las dos horas encontré a mi compañero y me dijo: “¡Alice, ¿dónde te metiste?!”. Yo estaba tan feliz de verlo como si hubiera ganado un millón de dólares.
¿Qué sucede si alguien se extravía? El capitán tiene un GPS, hay varias opciones. Si nos separamos, como pasó conmigo, luego de agotar los recursos de búsqueda del extraviado, se usa el botón de alerta y viene un equipo de rescate.
Con esos riesgos, ¿recomendás este deporte? Sí, porque es algo maravilloso que te sirve para ver la vida de otra manera. Yo he estado en lugares donde, sin ir a pie, jamás hubiera llegado. Lo que más me pregunto es si mis futuros hijos y nietos llegarán a ver tantas maravillas naturales o si serán destruidas en las próximas décadas.
¿A qué edad es mejor empezar a hacer deportes? No hay edad para comenzar. Es lo más sano e integrador. También hay equipos conformados por una misma familia.
Muchas mujeres apuestan a los gimnasios. Sí, por el tema estético, pero se encierran mucho en el gimnasio. Lo mejor es combinar el gym con deportes al aire libre.
¿Te sentís un referente deportivo? La verdad es que sí. Mi página personal en Facebook tiene un perfil deportivo. Me encanta ser referente, contar y aconsejar, sobre todo a las mujeres.
La deportista calcula que en estos 10 años lleva, entre nacionales e internacionales, unas 100 carreras. Cada competencia la hizo ganar experiencia de resistencia que supo aplicar también en la vida cotidiana. Sin dudas, una deportista de auténtico espíritu guerrero.
Al natural
Alice trabaja en el Hospital Regional de Luque y además es propietaria de una microempresa de comidas delivery. Fuera del deporte, su vida transcurre normal entre la familia, su novio y el trabajo. Se considera una persona tranquila y extremadamente sociable. En la comida se cuida, y mantiene su 1,63 m y 57 kg mediante una dieta sana y un diario entrenamiento. Se considera una mujer práctica, natural y con la ropa deportiva siempre a mano; aunque admite que de noche, si sale, se arregla con esmero. “Vuelvo de las competencias feliz pero hecha una piltrafa. Mi novio (también deportista) me envía directo a la peluquería”, confiesa con humor. Alice recomienda este deporte a todas las mujeres, sin importar la edad; “conozco muchísimos casos de mujeres que tienen más de 40 años y están corriendo o pedaleando, convertidas en deportistas amateur, algo que hace 10 años jamás imaginaron que lo harían”.
Texto lperalta@abc.com.py