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Exhibió en la pasarela del AFW dos modelos de sus diseños realizados para el concurso Pilar Puro Talento. La muestra, inspirada en el amor, los recuerdos y la imaginación, le permitió avanzar en el proceso de su creación para finalmente conseguir el principal título. En la misma competencia, el año pasado estuvo cerca de conseguir el primer puesto, por lo que buscó la revancha y confió plenamente en su propuesta, sin conocer a ciencia cierta lo que buscaba el jurado. Daniel Gómez Prieto (26) decidió mostrarse con más fuerza y trató de impresionar con sus bocetos. Estudió Diseño Gráfico en la Universidad Católica y en estos momentos dedica su tiempo a la preparación de su tesis. Recibió formación primaria y secundaria en el Colegio Santa Clara.
En el instante en que se vinculó a su profesión, trabajó de forma freelance en importantes empresas. Asegura que si concreta un proyecto se entrega intensamente y agrega que haber ganado un espacio en la próxima edición del AFW Otoño-Inverno 2014 es una ambición deseada. “Presentaría por primera vez una colección amplia y eso conlleva un verdadero trabajo creativo, que pienso cumplir de manera extraordinaria, y como dice la frase, la victoria favorece a los que se preparan. Creo que me espera mucho trabajo y también muchas satisfacciones”.
¿Cómo te iniciaste en la moda? Me encanta diseñar y desde que comencé a estudiar Diseño Gráfico sentí que podía proyectar lo que me proponía. Cuando me enteré del concurso, el año pasado, quise experimentar un campo desconocido que era el diseño de indumentaria. Me pareció un desafío interesante, en el que no existen límites, y Pilar Puro Talento fue una oportunidad increíble. Mi primer contacto con la moda me valió el segundo puesto en el 2012, y este año busqué mi revancha.
¿La colección ganadora tiene nombre? No designé nombre a las propuestas que preparé, pero existió una inspiración: primeramente la imaginación como impronta espontánea; luego, los recuerdos, las sensaciones e historias. También la sensualidad, la música, la arena, el mar, la playa, los viajes, los romances de verano, las despedidas y el amor.
¿Cómo definís el estilo de tu propuesta? Un galope entre lo vintage y el pop, evocando, a la vez, formas puras y cualidades clásicas. La silueta femenina se coloreó melancólica ante el diseño-forma geométrico, buscando una estética de nostalgia, un vuelo personal, una simbiosis retro-moderna, un golpe atemporal.
¿Cuánto tiempo trabajaste en las prendas? Desde el día en que me comunicaron que era finalista de la edición 2013 hasta la noche del desfile; aproximadamente, un mes. Todos los participantes materializamos nuestros bocetos, hicimos la elección del tejido, confeccionamos, nos reunimos con el jurado para recibir las evaluaciones, cumplimos con el protocolo del concurso, nos encargamos de preparar los accesorios, elegir la música y las modelos.
¿Cuál fue tu desafío como participante? De igual manera que el año pasado, el concurso en sí es un desafío. El primer reto creo que es lograr que las elaboraciones de los diseños sean parecidas a las propuestas del boceto. Además, manipular el algodón no es tarea fácil, ya que es un tejido noble y se debe conocer la técnica para mantener esa nobleza en una pieza de indumentaria que sea funcional, estética, sublime y con un lenguaje visual imponente. Es una competencia que requiere de mucha entrega.
¿Cuáles eran las exigencias que debías cumplir? Los proyectos fueron evaluados por el jurado, que tuvo en cuenta la creatividad, innovación, combinación de tejidos y colores.
¿Qué deseás transmitir con la moda? La moda es un fenómeno cultural y social que se relaciona con el establecimiento de diferentes parámetros de vestimenta que se popularizan en una época. Para mí, es un modo de sentir, de pensar o de elegir; es una plataforma para transmitir emociones, sensaciones, moldear el gusto, explotar la creatividad y replantear los fundamentos de la estética.
El año que viene vas a presentar una colección. ¿Lo imaginaste? Lo imaginé y me gustó. Es una oportunidad increíble y soñada de crear, procesar, confeccionar, modelar y exhibir mi trabajo, con la madurez que exige un proyecto de tal envergadura.
¿Alguna situación te puso tenso? El protocolo del concurso, el hecho de competir con otros talentos, los contratiempos, las actividades diarias mientras mi cabeza daba vueltas para terminar la confección y encontrar los accesorios indicados. Pero también fue divertido; se siente la adrenalina y el deseo de ganar.
¿Qué te motivó a seguir? El desafío y el amor al diseño. Además mi familia y amigos siempre estuvieron conmigo; sin ellos, seguramente, hubiese sido más difícil.
Daniel asegura que su signo cáncer representa la energía del sol, que es el reflejo del interior de cada uno. Cuenta que, a primera vista, transmite una impresión tímida y cautelosa, aunque es un romántico y amante de la vida, un soñador, un artista.
Segunda chance
En 2012, Daniel expuso una colección diferente a la de este año. El concepto preconcebido fue la intuición espontánea de las líneas. Manipuló la forma y la figura de la mujer ante la relación de las condiciones del color y el tejido. Finalmente, su inspiración personal hablaba de los legados de Gideon Sundback y el pop art. Trabajó con tela spandex en ambas prendas y el proceso de su trabajo también fue intenso. Con sus prendas no se dirige a ningún público en específico, ya que no piensa mucho en el gusto de la gente. “Diseño a mi manera y no me guío por tendencias ni estilos cerrados, pero sí deseo reflejar sensaciones, y busco la contemplación del observador y la comodidad. También el placer de aquella persona que lleve mi creación, ya que les aseguro que será una pieza única”, puntualiza.
Texto || dbattilana@abc.com.py
Fotos Gustavo Báez, La Obra Fotógrafos