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Los buenos modales en la mesa para niños establecen la orientación hacia el buen gusto y saber estar, ya que el lugar en el que se hace más notable la buena o mala educación de una persona –no solo de los niños– es, sin duda, en su manera de comer.
Convertir estas normas en una costumbre es mucho más fácil cuando se comienza con los niños. Los buenos modales y costumbres están hechos para todos, y el momento apropiado para enseñarlos es entre los dos y tres años.
Algunas normas básicas que deben seguir los niños:
- Sentarse a la mesa con las manitos y carita limpias.
- Ubicar la servilleta correctamente, o sea, doblada por la mitad, en el regazo.
- Empezar a comer cuando todo el mundo lo hace o cuando se les da permiso para empezar.
- Permanecer sentaditos durante la ingestión de la comida, y enseñarles a sentarse con las espaldas rectas y no agachadas sobre el plato.
- Mantener los codos fuera de la mesa mientras comen.
- Masticar con la boca cerrada y no hablar hasta que hayan tragado.
- No hacer ruido al masticar.
- No hacer comentarios negativos sobre la comida, como por ejemplo, hacerse los remolones porque no les gusta el menú.
- Pedir “Por favor, pásame el…” en lugar de “dame el…”.
- Hablar con todos en la mesa.
- No hacer ruidos groseros, como eructar o sorber.
- Pedir permiso para levantarse cuando hayan terminado.
- Darle las gracias a quien atiende la mesa.
- No gritar ni chillar en la mesa.
- Dejar la comida si no les gusta, pero no ponerse a juguetear con ella.
- No hablar con la boca llena.
- No jugar con los cubiertos o llevar el cuchillo a la boca.
- No sonarse la nariz ni rascarse.
- Al terminar, dejar los cubiertos juntos y paralelos en el plato.
Para que los pequeños sigan estos modales, es importante elogiarlos cada vez que lo hagan bien, o simplemente corregirles con explicaciones sencillas si algo lo hacen mal.
Naturalmente, no hay que pretender que los niños cumplan todos y cada uno de estos modales cuando vayan a comer fuera o a un restaurante. Además, no hay que olvidar que lo más importante es salir para disfrutar y todo se soluciona pediendo perdón si nos damos cuenta de que algo salió mal.
Recuerda: la edad no es una excusa para que los niños no tengan modales en la mesa.
Hasta la próxima entrega.
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