Pasión por las joyas

Es licenciada en Artes Plásticas e Historia del Arte y abogada. Madre de cuatro hijos: Augusto (24), Franco (15), Isabella (14) y Luciana (11), está casada con Marco Pappalardo. Cintya es una apasionada de las joyas y hace 23 años, junto a su hermana Sandra, habilitó la joyería Della Poletti.

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¿Cómo empezaste en el negocio de las joyas? Me inicié trabajando de puerta en puerta con un bolsito, y luego con mi hermana Sandra abrimos nuestra joyería tras la llegada de mis chicos, porque ya no podía estar todo el día en la calle, y Asunción cambió.

¿A qué le atribuís tu incursión en el rubro? Soy una apasionada de las joyas y también creo que todo pasa por el arte. Si bien una persona puede lucir una joya como un complemento de su vestimenta, esa pieza fue pensada y creada por un diseñador, quien plasmó en un pedazo de metal, oro o plata, un poco de arte. Mi gusto por las joyas está relacionado con el arte y mi negocio tiene mucho de casualidad. Como antecedente ya vendía las famosas pulseras sabonas, en el colegio, con récord de compras. A mí me gustan las ventas. Puedo vender pastafloras, un auto o una casa; puedo vender cualquier cosa, pero las joyas son mi pasión.

¿Qué te llevó a estudiar en Bellas Artes? Toda la vida me gustó pintar; siempre pinté cuadros para mis amigos, desde joven. Les regalaba un cuadro cuando se casaban. Pero con la llegada de mis hijos inicié el negocio de las joyas, porque necesitaba trabajar; luego, por lo absorbente de la empresa y la familia, dejé de lado los pinceles y las brochas.

¿Qué criterio utilizás para seleccionar las joyas de Della Poletti? Soy muy particular para elegir las joyas que voy a vender en mi negocio. Me encargo de participar en cada feria a la que viajo. Nuestras joyas son todas italianas; algunas las ensamblamos aquí bajo la marca CPP (Cintya Poletti Pappalardo). No compro las joyas si no me gustan. Me tienen que gustar; de lo contrario, no las puedo vender. A la hora de cerrar una venta, siempre opto por la sinceridad con el cliente. Si veo que una cosa le va a quedar mejor que la otra, aunque no sea en mi beneficio, se lo digo. Quiero que la persona se vaya contenta, para que vuelva.

¿Qué buscan más las mujeres? Para mí, el precio no determina que sea gustoso ponerte una joya o que sea de menor calidad. Yo opto por la calidad, la excelencia y el buen gusto, y considero que una mujer sin aros es como que está sin una pieza fundamental. Para mí, el aro tiene que estar unido al cuerpo. Sorprendentemente, lo que más vendo son los aros.

¿Qué es lo más difícil de ser madre y empresaria? Sinceramente, no hallo lo difícil y me siento bendecida por ello. Estoy casada con el hombre de mi vida y mis hijos solo me dan satisfacciones. Me hubiera gustado darles más tiempo, pero les doy calidad. Soy muy compinche tanto con mis nenas como con mis varones. Creo que el secreto está en la familia que hemos formado con mi esposo, quien también me brinda absoluta libertad para trabajar. Si bien él no forma parte de mi empresa, me ayudó muchísimo a formarme como empresaria y ahora que mi hijo mayor está involucrado en el negocio, me creció otro brazo.

¿Qué significan las joyas en una mujer? Considero que una mujer debe verse elegante siempre. Yo persigo la perfección, la belleza y la pulcritud. Para mí, una buena joya debe reunir todos esos complementos. Creo que mi personalidad la transporto a un pedazo de metal.

Cintya se siente privilegiada y dichosa con la familia que formó, y busca que siempre estén unidos. Le quedó pendiente conocer los lugares más emblemáticos del mundo, pero ya no es su prioridad. “Todo lo que tengo se lo pedí a Dios y se lo debo a Él. Para cualquier persona, ser uno mismo y perseguir los sueños y deseos debe ser una prioridad. La vida es una sola y como tal no nos debe quedar nada pendiente por vivir”, finaliza.

PARAGUAY

Della Poletti ofrece las marcas más prestigiosas de joyas, entre ellas, Chopard, Tous, Mikimoto, y actualmente posee once representaciones de relojes. “En Paraguay, estamos acostumbrados a bailar la conga, porque sabemos adaptarnos; no nos desesperamos cuando tenemos malos momentos, sabemos afrontarlos y Paraguay, culturalmente, tiene a mujeres muy valientes. La mujer paraguaya en sí es guapa, ivalé! Podemos pasar malos momentos, pero acá es un paraíso, con gente buena, noble y trabajadora. Yo creo que ya no hay retroceso, a pesar de los bloqueos, a pesar de todo”.

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