Por todo ello, el director Bert Marcus la considera el gen de la nueva hornada de influencers y quiso contar con ella para su nuevo documental, The American Meme (2018), en el que varias celebridades reflexionan sobre la soledad y banalidad que esconden las redes sociales. El Festival de Cine de Tribeca de Nueva York acogió el pasado viernes el estreno mundial del largometraje de Marcus, que en el 2013 produjo otro documental, Cómo ganar dinero vendiendo drogas, en el que el rapero Eminem habló abiertamente de su adicciones.
Esta vez consiguió que Paris Hilton confesase ante las cámaras que estaba aburrida de su vida de influencer y que cambiaría su DJ-set en Ibiza por la felicidad real de casarse y tener un hijo, algo que, según ella misma detalló en una charla posterior a la película, está al caer. Hilton comparte reparto con otros famosos, como la cómica Brittany Furlan, que llegó a ser la persona con más seguidores en Vine antes de que el cierre de la red de microvideos en el 2016 la convirtiese en un juguete roto. También aparece en el documental The Fat Jew, autodenominado “comentarista de la cultura pop” y que ha cosechado 12 millones de seguidores gracias a su contenido humorístico, aunque no siempre original. De hecho, el largometraje aborda las críticas que recibió tras revelarse que gran parte de sus publicaciones eran plagios de otros internautas a los que no cita. Para The Fat Jew, ser influencer es más difícil de lo que parece, ya que no solo se trata de hacerse famoso, sino que después hace falta crear algo tangible y convertir en dinero esa legión de seguidores. Él, por ejemplo, vendió botellas de vino con la etiqueta El vino rosado de las chicas blancas, que causó furor entre los adolescentes en el 2015, hasta convertirse en el vino rosado más vendido en los Estados Unidos. En la misma línea, el fotógrafo Kirill Bichutsky, famoso por retratar en fiestas a mujeres desnudas bañadas en champán, confesó estar harto de que le digan que lo suyo no es un trabajo y lo puede hacer cualquiera. “Si tan fácil es, hazlo tú”, espetó. The Fat Jew restó importancia a los haters, ya que cree que la mayoría son adolescentes aburridos que buscan atención, y explicó que cuando a veces les responde incluso se emocionan y le piden quedar con él, lo que para el humorista es una prueba de que, en muchos casos, ni siquiera piensan lo que dicen. “A mí me gusta, honestamente. Me gusta cuando la gente dice cosas horribles de mí. Eso es parte del trato, de eso va internet y cuando te metes, ya sabes lo que te espera”, relativizó. Todo lo contrario piensa Brittany Furlan. “Mi prometido siempre me dice que deje de leer los comentarios y yo le respondo que solo estaba leyendo uno cuando, en realidad, llevo cuatro horas. Normalmente debe haber 300 positivos, pero después ves uno solo negativo (...) y es muy loco cómo nos centramos en lo malo”, afirmó. Pese a todo, cuando a Paris Hilton le preguntaron si se había planteado borrar sus redes sociales, zanjó con un tajante: “¡Qué diablos! ¡No!”.